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Luchas imbricadas

Ms.C. Ernesto Miguel García González |
25 de Marzo de 2021 / 9:15 am
Manifiesto de Montecristi

La Tregua Fecunda (1868.1895) fue una etapa de crecimiento del movimiento independista cubano en tanto se fraguó la “Guerra Necesaria”, liderada por el más ilustre de los cubanos del siglo XIX. El 29 de enero de 1895 se firma la Orden de Alzamiento.
En la ciudad de Montecristi, República Dominicana, junto al Generalísimo Máximo Gómez, Martí recibe la confirmación de que el 24 de febrero se había encendido otra vez la llama de la revolución en Cuba y un mes después, el 25 de marzo, firmaban el documento bajo el nombre “El Partido Revolucionario a Cuba”, conocido en la historia nacional como Manifiesto de Montecristi.

El manuscrito expone: "la guerra de independencia de Cuba, (...) es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo"; destacaba que la contienda no era contra el español sino contra el régimen colonial y evidencia que Cuba volvía a levantarse en armas, no sólo para alcanzar su independencia de España sino, y sobre todo, para evitar el predominio en nuestra América por los Estados Unidos.

El pensamiento martiano fue legado de la generación revolucionaria de los años 20 del siglo XIX en Cuba, tanto es así que al fundarse el Primer Partido Marxista-Leninista por Julio Antonio Mella y Carlos Baliño en 1925 se proclama heredero del Partido Revolucionario Cubano, que fundó José Martí en 1892.

La historia marca hitos que pueden ser casuales y aquí está uno de ellos. El 25 de marzo de 1895 se firma el Manfiesto de Montecristi y en esa misma fecha de 1903 nace quien fuera el fundador de la Federación Estudiantil Universitaria de Cuba y del Primer Partido Comunista de Cuba: Julio Antonio Mella.

Ante el próximo 8vo Congreso del Partido, Cuba es cuna de la misma Revolución que inició el 10 de octubre de 1868 y que José Martí y Julio Antonio Mella continuaron en sus escenarios históricos, heredando pensamiento y acción para las etapas sucesivas de la Revolución Cubana hasta nuestros días.

 

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