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Felicidades a todos los que hoy llevan esas tres letras con orgullo en su pecho y en el corazón

Soñando en grande

Antonio Michel García Góngora |
12 de Diciembre de 2013 / 2:53 pm

Felicidades a todos los que hoy llevan esas tres letras con orgullo en su pecho y en el corazón

Quise buscar unas palabras bonitas para dedicárselas hoy a la Universidad por su cumple. Pero en lugar de ponerme a recolectar adjetivos estériles, prefiero apelar a los recuerdos de la relación personal que he tenido con ella en los últimos cuatro años.

En agosto de 2002 varios de mis colegas del pre que habían obtenido carreras de ingeniería, tuvieron la oportunidad de hacer un trueque y cambiar de especialidad hacia las ciencias informáticas. Mi vocación por las letras me alejó en aquel entonces de la posibilidad que tuvieron mis compañeros de formar parte de esa oleada de fundadores que se encontraron al llegar, en lugar de la universidad, el parto de una.

Solo un hombre con la proyección futurista de Fidel, pudo ser capaz entonces de avizorar lo que llamaríamos luego Nuestra Ciudad Digital. Pasarela desde entonces de los sueños de miles de corazones que han dejado en este espacio de tres letras los mejores años de sus vidas.

Paradójicamente – tras cinco años de estudios, en una licenciatura para nada  afín a la informática –  fue mi propia vocación por las letras la que me trajo hasta aquí. La UCI entonces sí me abrió sus puertas y me acogió cómo a uno más de la familia.

Para el que llega desde afuera la energía que emana de este campus universitario es como un proceso viral, es casi imposible no contagiarse. El colorido de los Juegos Mella, la pasión en los Festivales de Artistas Aficionados, el ingenio creativo en las Ferias de Soluciones Informáticas, todo eso complementan los matices de ese espíritu creativo, innovador, entusiasta que en otros lares escasea, pero aquí vemos en abundancia.

Esta es una ciudad que no duerme. Conservo aún esa impresión inicial, y no encuentro mejor forma para explicar cómo sus egresados consiguen ser integrales en casi todo. Quien tenga una hipótesis más aterrizada que la mía, debería merecer como mínimo el Premio del Rector.

Este 12 de diciembre la UCI está cumpliendo sus primeros once añitos. Por azahares de la vida es la misma edad que acaba de cumplir mi hermana, y la analogía entonces es casi inevitable.

La estoy viendo crecer aceleradamente desde que la conozco.  Ha dado sus primeros pasos tan rápido, que ya se sostiene por sí sola y ahora necesita continuar su rumbo, con seguridad y firmeza hacia el hermoso futuro que todavía le espera.

Y es que esta Universidad – como ya dije en alguna ocasión -  nació del sueño de un gran hombre, para que quienes desde aquí nos hiciéramos hombres, siguiéramos siempre como él… soñando siempre en grande.  Felicidades a todos los que hoy llevan esas tres letras con orgullo en su pecho y en el corazón.