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¿Usted conoce en la UCI a los “Hermanos Iznaga”?
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La vox populi les puso los “Hermanos Iznaga” como parodia a la serie de aventuras de la Televisión Cubana Hermanos, que actualmente se transmite por el Canal Educativo, porque siempre están juntos y tienen una destacada actitud para el trabajo y la disposición de resolver cualquier problema de mantenimiento o apoyo que se les solicite.

Ambos son plomeros y pertenecen a la Dirección de Inversiones y Mantenimiento de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).

Alfredo Rodríguez González entró a trabajar con los soviéticos en 1998 como pintor, cuando en las áreas que ocupa ahora la Universidad radicaba la Base Lourdes, y solo había 26 residencias. Entonces el área estaba dividida en radares y edificios. Cuando los extranjeros se retiraron ya se había hecho plomero, y le dieron la posibilidad de quedarse trabajando en el Proyecto Futuro.

Pablo Rodríguez González entró como albañil por mediación de su hermano, el 24 de septiembre de 2002, un día después de haber comenzado las clases del primer curso escolar. Estuvo cuatro o cinco años como Jefe de Brigada, hasta que aprovechó la oportunidad de superarse y también se hizo plomero.

Como todos los fundadores, Alfredo y Pablo tuvieron que trabajar muy duro al principio, cuando se construía la nueva universidad y había que darle mantenimiento a las construcciones en medio del fango.

Como viven cerca, uno en Mulgobar y el otro en Valle Grande, tenían experiencia y son trabajadores, eran los que más tiempo pasaban en la UCI en la temporada ciclónica; y hacían todo lo necesario en albañilería, plomería, amarrando las tejas de las instalaciones de la Dirección de Transporte y el Rectorado y las tapas de los tanques de agua, que existían en esos momentos hasta que se instaló el sistema de agua directa.

Entre los méritos de estos sencillos obreros destaca la participación en las movilizaciones por las visitas importantes, entre ellas las del Comandante en Jefe Fidel Castro, por si ocurría alguna rotura. Asimismo, sobresalen las innovaciones para evitar sobre todo el derroche de agua, con las cuales han obtenido premios relevantes en foros de Ciencias y Técnica a nivel de la UCI y municipal.

También destaca en su quehacer la disposición de prestarle servicio a cualquiera que lo necesite en la comunidad. Además, apoyaron en los trabajos de reinauguración del hospital de la institución.

Y recuerdan con orgullo que en la primera marcha de las antorchas en que participó la UCI, el 27 de enero de 2003, donde estuvo presente el General de Ejército Raúl Castro Ruz, y se cumplían 50 años de la primera que se realizó en Cuba en 1953, fueron ellos quienes cargaron los tanques de petróleo, hicieron las antorchas con laticas y estopa, y le echaron combustible para que todo funcionara bien.

De sus necesarios servicios, recogimos algunas opiniones:

“Ellos son los operarios de la brigada de Mantenimiento que atienden la parte de plomería de la Residencia de Profesores y Especialistas (manzanas 26, 29, 30, 31 y 32). Han realizado un excelente y estable trabajo para evitar las filtraciones, salideros y todo lo que tiene que ver con el sistema de tuberías, a pesar de los pocos recursos”. (Lic. Luis Savino Jaime Salmon, especialista general de la Dirección de Residencia de Profesores y Especialistas)

“A quienes todos en la comunidad conocen como los “Hermanos Iznaga” tuve la oportunidad de conocerlos al inicio de este curso, que me incorporé como trabajadora a la Universidad. Una amistad me los sugirió y aunque no atienden específicamente el área a la cual pertenezco, fueron a mi apartamento y me solucionaron el problema que tenía. Y también los he recomendado a otros y ha sido igual; o sea, que cualquier persona que vaya a verlos a ellos siempre están en la disposición de ayudarlos”. (Lic. Luis Savino Jaime Salmon, especialista general de la Dirección de Residencia de Profesores y Especialistas)

Con su entrega sistemática y anónima, Alfredo y Pablo Rodríguez González, los “Hermanos Iznaga”, dando lo mejor que aprendieron de su familia revolucionaria y trabajadora, también han aportado su granito de arena para, con su esfuerzo, sacar adelante a la UCI, porque nos dicen que están conscientes de que fue una idea del Comandante en Jefe para que sus estudiantes y la sociedad pudieran tener un futuro mejor.

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En fotos: Damas de la UCI exponen sus creaciones
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Este jueves 26 de octubre de 2017, la Cátedra de Estudios de Género, Vilma Espín Guillois, que atiende la Facultad 1 de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) realizó en el Docente José Martí el VII Encuentro de Mujeres Creadoras, con la asistencia de 120 participantes, que en seis comisiones (cinco científicas y una de artesanía y arte culinario) presentaron 37 ponencias y ocho obras artísticas.

El intercambio forma parte de las actividades por el Aniversario 15 de la UCI y convocó a toda la comunidad a rendirle homenaje, el próximo primero de diciembre “Día Mundial del Código”, a Ada Byron, considerada la primera mujer programadora.

Las fotos que a continuación mostramos, cuentan importantes momentos del evento.

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La UCI es mi segunda casa
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Ariel Alfonso Moré, es profesor fundador de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) y con él conversamos para conocer detalles sobre los primeros años de esta casa de altos estudios.

Nos contó que en esa época era el guía base de la Escuela Secundaria Básica Olof Palme (centro de referencia a nivel nacional) del reparto San Agustín, del municipio de La Lisa,  y recibió una llamada para comunicarle que había sido elegido para formar parte de un proyecto nuevo, ideado y pensado por Fidel, el cual no dudó en aceptarlo al instante. Agrega que sabía que su decisión era la correcta.

Sobre los inicios recuerda este campus lleno de fango, cemento, edificios inconclusos, personas caminando y trabajando como hormigas, con muchos constructores levantando una obra, que hoy es ciento por ciento realidad.

De las visitas de Fidel rememora una que fue sorprendente y algo cómica, dijo, porque nadie sabía realmente por dónde llegaría, a qué hora , ni en qué; al final llegó en un jeep ruso y entró por la segunda entrada y después de la hora acordada. Ese día, a pesar de la incertidumbre generada, la Universidad estuvo muy tranquila y disciplinada, expresó. Todas sus visitas fueron históricas y en cada una de ellas nos dejó muchísimas enseñanzas e ideas, como acostumbraba siempre.

Los momentos de mayor alegría vividos aquí fueron ver cómo crecía la gran obra: cada docente, edificios y plazas terminadas y ver cómo poco a poco cada edificación se convertía realmente en el sueño pensado por Fidel.

Otra de las experiencias que nunca se olvidan fue cuando defendió su tesis de maestría en el 2008, también los resultados deportivos alcanzados a lo largo de su vida profesional y cuando fue seleccionado para prestar sus servicios en la hermana República Bolivariana de Venezuela por un período de dos años y luego regresar por tres meses para impartir cursos a los hermanos venezolanos.

Durante la conversación, Ariel recordó con tristeza, la muerte del gran amigo de Cuba, del gran hermano Comandante Hugo Chávez Frías y sin duda alguna la muerte de nuestro líder eterno, nuestro padre para toda la vida Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Este profesor que forma parte del colectivo de la Dirección de Deportes en la UCI imparte la asignatura de Educación Física, específicamente el fútbol sala, y además entrena al equipo femenino de la Universidad en este deporte.

Sobre su misión internacionalista nos comentó que fue una experiencia inolvidable e irrepetible porque conoció con profundidad la rica y bella cultura venezolana, aportó y compartió su humilde experiencia a los hermanos venezolanos, y se sintió muy útil ayudando en todo y cumpliendo a cabalidad las tareas que le fueron asignadas entre los años 2012 al 2014.

Después volvió en el 2016 para impartir un curso en el estado de Amazonas, un lugar eminentemente indígena, y con una cultura muy diferente al resto de los venezolanos, la cual recuerda como una experiencia muy bonita.

Al indagar sobre el significado de este centro de educación superior en su vida durante estos 15 años, dijo: “La UCI es mi segunda casa, de las 24 horas del día 13 o más permanezco aquí diariamente, por lo que significa mucho para mí, de la UCI he aprendido, en la UCI he aprendido y de la UCI seguiré aprendiendo.

“Le doy gracias a esta bella Universidad por todo lo que he logrado y por ser parte indiscutible de mi vida profesional y personal. Gracias a esta Universidad tengo lo más precisado y bonito que me ha dado la vida: MI HIJO”.

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Los choferes casi no dormían
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De los primeros 60 choferes que comenzaron a trabajar en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) el 2 de septiembre de 2002, quedan seis: Leonel Machado Gámez y Jorge Luis García Hernández (Pipe), de Bauta y Caimito, respectivamente, en la provincia de Artemisa; Vladimir Orta Oberto y Ariel Álvarez Díaz, de La Lisa en La Habana; también de la capital José Celestino Alfonso Francis, del municipio de Arroyo Naranjo, y Cándido Wilfredo Moreno Machado, de Boyeros.

Con el interés de conocer cómo funcionó la transportación en los primeros años de la UCI, logramos una conversación informal, donde las respuestas de cuatro de los fundadores: Leonel, Vladimir y Pipe (quienes manejan guaguas) y Ariel (conductor de autos ligeros), nos contaron interesantes anécdotas, algunas casi increíbles, de estos choferes que se entregaron en cuerpo y alma al Proyecto Futuro.

-¿Cómo fueron captados para trabajar en la UCI?

Les dijeron que iba a comenzar un proyecto de Fidel, que había una convocatoria y debían ir al municipio de Playa. Muchos hicieron la solicitud, fueron entrevistados el 28 de agosto de 2002, y captaron a un grupo. Fueron seleccionados en muy poco tiempo (tres días).

Procedían de las Fuerzas Armadas (Leonel y Vladimir), del Ministerio del Interior (Ariel) y de la Escuela Interarmas Antonio Maceo (Pipe).

-¿Cómo fue la entrada a la Universidad? ¿Qué pasó?

Les avisaron el primero de septiembre del propio año que habían sido escogidos y al siguiente día, a las siete de la mañana, entraron juntos 60 choferes, la cifra estipulada para ese momento.

Dice Vladimir, y los demás asienten, que lo primero que vieron cuando llegaron fue que “no había nada, no se sabía lo que iba a pasar porque veníamos como choferes y no teníamos vehículos”.

Estaban todavía los carteles de los rusos en las naves. La instalación de Transporte existía y el Rectorado también. En el centro de la institución era donde más se construía.

Se dieron a la tarea de acondicionar el área, limpiando y dando un poco de cultura a lo que sería la Dirección de Transporte. Aún con asombro me expresan que a los diez días de sus llegadas no había un carro todavía y lo único que manejaban era una escoba durante toda la jornada.

Cuando a los varios días iniciaron el abastecimiento del parque a Transporte, que ocurrió poco a poco, comenzando por los carros ligeros, iniciaron un cúmulo de tareas, con el fin de garantizar el comienzo del curso escolar, el 23 del mismo mes.

Ellos también tildan aquello de una locura, se decían entre sí: “Esto no puede ser posible”. Trabajaban mañana, tarde y noche; pero existía la confianza de que estaba el Comandante en Jefe al frente de la tarea.

Ariel recuerda que hubo un ciclón y los camiones se movilizaron para ir apartamento por apartamento a llevarles a los muchachos los alimentos con el propósito de que no salieran.  Y era común, añade, que cuando se estaba construyendo, una guagua se quedara atascada en el fango y tuvieran que ir a ayudar a sacarla.

Cuentan que ninguno de los docentes existía, que lo que predominaba eran las matas y el lodo y donde quiera abrían una carretera. Terminaban un jardín y atrás venía una buldócer y lo desbarataba. La UCI se remodeló casi completamente. Era muy difícil manejar.

Para demostrar la premura y acelerado ritmo de trabajo, Vladimir nos expone: “Yo no recuerdo una tarea que fuera para hoy, todas eran para ayer, para antier, y hasta para antes de antier. Todo era YA -acentúa y añade-, terminabas una tarea y te daban otra, y seguías. Ibas a la casa en un momento, cuando podías, a ver a los hijos, a dar una vuelta, y tenías que regresar en seguida porque te estaban esperando aquí para diversas tareas”.

Ahora es Leonel quien retiene en su memoria el exceso de trabajo: “No parábamos nunca, era todo el tiempo arriba de los carros. Dale para aquí, dale para allá. Y las tareas no se acababan nunca”.

Ariel añade: “Al principio yo casi no dormía, me dieron transporte de carga y trabajábamos a veces un día completo y la noche casi entera, y al otro día seguíamos. Cuando la Operación Milagro también fue intenso. Los traían (los pacientes) en otro transporte y ya aquí nos encargábamos del traslado de los venezolanos a las consultas y a otros lugares. Era así”.

Después se fue organizando el trabajo, ya era otra historia, pero en los primeros momentos había falta de transporte y escasez de todo.

-¿Qué recuerdan de las primeras movilizaciones?

El apoyo de los choferes para las primeras movilizaciones fue colosal; pero lo catalogan de arduo porque tenían que cumplir las obligaciones del día y salir hacia los lugares convocados, dejar a los alumnos, regresar a veces y otras quedarse esperando, venir a transportar a los trabajadores externos y realizar otros deberes.

-¿Cómo recuerdan algún contacto directo con Fidel?

No recuerdan fechas exactas, debido a la premura en que vivían y trabajaban, cuando no sabían qué día era ni de la semana, ni del mes.

Pero dicen que en una visita, se reunieron todos los choferes y fueron para donde estaba el Comandante y lo pudieron ver de cerca, saludarlo y sentir mucha emoción cuando se dirigió a ellos, les habló a los estudiantes, y también a los trabajadores de la necesidad de darlo todo, de la importancia de la UCI,  lo cual los motivó y dio nuevos bríos.

Ariel tiene su experiencia personal inolvidable: “Yo tuve la oportunidad de darle la mano cuando la Misión Milagro. Nos dijeron: concéntrense ustedes en el área deportiva, llevamos el transporte para el lugar y tres choferes nos sentamos en el edificio 26, donde ahora está Sepcom, que fue la primera zona que escogieron para los enfermos que llegaban de Venezuela.

“Cuando vi que Fidel se estaba bajando de un jeep frente a mí, me quedé pasmado al igual que las otras personas que estaban cercas, porque él impresiona (lo dice en presente) y nos dio la mano. No se alejó del carro en que venía, apoyó el codo en el techo y se puso a hablar con los primeros que llegaron ahí, de forma normal, como si fuera un amigo. Y preguntaba de todo”.

-¿Qué recuerdan de la primera graduación?

Los choferes tuvieron mucho trabajo para que todo saliera bien y quedara organizado en la primera graduación, en el 2007. Se realizaron las actividades en otros lugares y tenían que trasladar a trabajadores, estudiantes y familiares, y dar tres o cuatro viajes extras para llevarles comida y meriendas.

En esa primera etapa Jorge Luis García Hernández (Pipe) resultó trabajador destacado en el área de Transporte, un mérito difícil de lograr en aquellos tiempos en que todos trabajaban tanto, y tuvo el honor de recibir, en el acto de la primera graduación en el teatro Carl Marx, el diploma que lo acredita como tal de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien lo saludó personalmente.

-¿Otros méritos?

Los cuatro son internacionalistas, me piden que se reconozca la actitud de Raúl Rafael García Pérez, actual director de Transporte, que les dio la oportunidad a los fundadores de haber contribuido con su granito de arena al apoyo de Cuba a la República Bolivariana de Venezuela, porque pudieron poner sus esfuerzos en la construcción de otro pueblo.

Creemos que ha quedado explícito el calibre de los choferes fundadores, a quienes, junto a los que les siguieron, la comunidad reconoce y agradece tan abnegada e imprescindible entrega.

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Quince años de satisfacción y orgullo
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Carlos Roberto Nápoles Samper, profesor del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la Facultad de Ciencias y Tecnologías Computacionales (Citec), es uno de los fundadores de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).

Como recordar es volver a vivir, nuestra redacción informativa conversó con él y hoy  ponemos a disposición de los lectores sus vivencias.

Nos cuenta Nápoles, como muchos lo conocen en la UCI, que su labor docente comenzó en el año 1968 en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Camagüey, donde estuvo hasta 1971. En ese mismo año comienza a recibir un curso de técnico para formarse como Topógrafo siendo cadete del Instituto Técnico Militar “José Martí” (ITM).

Al culminarlo, en 1975, siendo ya oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, es asignado como profesor en la Escuela de Cadetes Antonio Maceo de Ceiba del Agua, municipio Caimito, provincia Artemisa. Ese mismo año pasa a cumplir funciones docentes en la Escuela Intearmas “General Antonio Maceo”, impartiendo la especialidad de Topografía y Geodesia hasta 1999, año donde se jubila, y comienza a laborar como profesor en los preuniversitarios de ese mismo municipio.

Nos hizo saber, también, que al conocer sobre el Proyecto Futuro decidió formar parte de él y se trasladó a estas instalaciones en 2002, porque le dijeron que era un proyecto nuevo de la Batalla de Ideas, un lugar importante para defender la verdad de Cuba en el mundo y eso lo llenó de entusiasmo.

Al indagar sobre sus recuerdos cuando inició la Universidad nos comentó que era un espacio donde la calidad humana y revolucionaria estaba siempre en primera línea. Estudiantes, trabajadores y profesores enfrentaban cada actividad con la combatividad, el entusiasmo y la alegría, presentes en la tarea encomendada.

Las visitas de Fidel cuando comenzó la UCI, este profesor las rememora como momentos sin dudas extraordinarios, aunque no pudo estar allí porque cumplía otras tareas, se sentía la energía de Fidel en los estudiantes, irradiaba su entusiasmo en la multitud que formaba parte de la comunidad universitaria.

De las experiencias que le han proporcionado las mejores alegrías en su labor como educador en la UCI nos dice que han sido muchas, entre ellos un Primero de Mayo bajo la lluvia con Fidel en la Plaza de la Revolución, las Marchas del Pueblo Combatiente, la primera graduación, cada proceso de crecimiento de los jóvenes al Partido Comunista de Cuba y la incorporación de nuevos militantes a las filas del Partido.

Agregó Nápoles Samper que, aunque no ha cumplido misión internacionalista, su tarea fue preparar a muchos de los que fueron a combatir en otras tierras del mundo.

El también Mayor de la reserva, desde su llegada a la UCI ha impartido asignaturas como Seguridad Nacional, Defensa Nacional y Teoría Sociopolítica. Además, ha ocupado otras responsabilidades como secretario general del Partido en las facultades 9 y 6 desde el 2004 hasta 2013, y posteriormente y hasta la fecha llevar la atención de otros frentes partidistas, por problemas de limitaciones físicas.

Al pedirle que nos narrara una anécdota refirió que su preferida, entre muchas, ha sido el trabajo realizado con la UJC y la FEU para formar jóvenes y hacer crecer a muchos que hoy son militantes del Partido y ocupan diferentes responsabilidades, algunos de ellos como dirigentes en esta casa de altos estudios.

Sobre el significado de la UCI después de estos 15 años de creada expresó que es todo para él, pues es sentirse en la primera línea de combate, antes con el fusil, aquí con las ideas.

Para concluir, añadió que hoy puede decir que ha sido una de sus mayores satisfacciones y orgullo en su vida, como cubano y revolucionario, estar aquí y dedicar estos años al trabajo docente y político con la comunidad.

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Una nueva Conexión en tiempos de celebración
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Este jueves fue estrenado por InterNos y el canal UCiTeVe el nuevo programa de la televisión universitaria Conexión 15, un espacio dirigido por la periodista Zenia Camps y que tiene el propósito fundamental de festejar el Aniversario 15 de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).

Con la conducción de Asiel Riverón, llegará cada jueves este espacio con entrevistas, historia, el acontecer noticioso y en redes sociales, así como una pregunta de participación que acerque más al público al programa y a la historia de esta institución.

Reencuentro será una de las secciones con que contará Conexión 15, de la mano de Zenia Camps, quien nos brindará la posibilidad de conocer a muchas de esas personas que vieron nacer la Universidad, fundadores que aún hoy aportan su espíritu y sus ganas de hacer por el bien de nuestra casas de altos estudios.

La actividad en las redes sociales se ha convertido en parte fundamental de cualquier programa de televisión, por lo que cada semana el programa propone Conectados, una sección en la que su conductora Addis Ávila compartirá cómo festeja la UCI y sus seguidores desde estos espacios digitales (Facebook: @universidad.uci, Twitter: @universidad_uci, Linkedin: @universidad uci).

La producción de software como uno de los procesos fundamentales en esta casa de altos estudios tendrá su espacio en el programa a través de Entre códigos, mientras que el equipo de periodistas del Sistema Informativo Universitario tributará sobre el acontecer noticioso de la Universidad y nos brindará reportajes especiales donde la historia dirá presente.

Arrancó Conexión 15, un espacio de homenaje a esta gran obra que es la Universidad de las Ciencias Informáticas a 15 años de su creación, una idea de Fidel que sigue dando frutos por el desarrollo de la informática en Cuba.