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La UCI en el primer frente de batalla

Nayaren Rodríguez (Tribuna de La Habana) |
26 de Mayo de 2020 / 1:45 pm
Médicos y enfermeros que enfrentan la COVID19 en el hospital Ernesto Guevara de la UCI

La Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) constituye un espacio dentro de la geografía habanera donde confluyen varios e importantes centros médicos, investigativos y de alojamiento en aras de evitar la trasmisión de la pandemia.

“Desde que se dieron las primeras indicaciones por parte de la dirección del país para el enfrentamiento a la Covid-19, todas las universidades, bajo el mando del Ministerio de Educación Superior, tomaron un grupo de medidas. En el caso de las casas de altos estudios capitalinas, lo primero fue garantizar la transportación de los estudiantes hacia sus lugares de residencia”, destacó el rector de la UCI, Walter Baluja García.

Entonces comenzó, el 28 de marzo, la preparación de una parte significativa de las residencias para convertirla en un centro de aislamiento para contactos de casos confirmados del nuevo coronavirus, que en un primer momento tenía unas 2000 capacidades. “No se utilizaron todas y tuvieron diferentes fines como el alojamiento del personal de servicio, técnicos de salud, enfermeros y doctores, los cuales trabajan en el hospital de la propia universidad”.

El primer grupo, constata Baluja, entró al centro de aislamiento el 7 de abril y desde la fecha han pasado por allí más de 2600 personas, de las cuales 206 son niños menores de 12 años con un trato diferenciado pues, por ejemplo, se les entregan confituras los fines de semana y celebran los cumpleaños dentro de la institución.

Asimismo, cuando los contactos llegan, se clasifican en dependencia del evento epidemiológico del cual provienen, para un mejor control de las gestiones, y al cierre del 22 de mayo, habían resultado positivos 132 de los internados, trasladados luego a centros hospitalarios dedicados a esta labor.

De policlínico a hospital

“En un tiempo récord de siete días, las empresas del Ministerio de la Construcción acondicionaron el antiguo policlínico de la UCI y lo convirtieron en un centro hospitalario de atención para casos positivos y sospechosos de bajo riesgo”, relató el Dr. Mario Delgado Guerra, director del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Miguel Enríquez, quien asume la función de director del hospital Ernesto Che Guevara de la mencionada universidad.

La diferencia entre un policlínico y un hospital se vislumbra en una mayor dotación de camas, mejor clasificación médica de los recursos humanos y determinadas especializaciones como una sala de Terapia Intensiva y equipamiento médico asociado a la atención hospitalaria.

Los pacientes iniciales llegaron el 30 de abril y el centro ha atendido cerca de 100 personas, dentro de las cuales se incluyen 54 asociadas al evento epidemiológico del Centro de Protección Social del Cotorro y “tenemos la satisfacción de que solo queda un positivo de ellos aquí hospitalizado”, enfatizó el rector.

De manera general, los enfermos han evolucionado favorablemente, señaló Delgado tras mostrar la alegría de contar con más de 30 altas médicas y especificar que algunos se han trasladado al Hospital Luis Díaz Soto, conocido como el Naval, por complicaciones previas, “lo que permitió sus salidas en buenas condiciones de la UCI para un tratamiento más intensivo y servicios más específicos”.

Con más de un centenar de trabajadores de la Salud y 170 camas, las autoridades se enorgullecen también de un porciento (%) de relación trabajadores-camas muy propicia, sin descuidar las medidas de bioseguridad, el cumplimiento de los protocolos médicos y la estricta vigilancia de los grupos vulnerables.

Mientras, se involucran en un proyecto de investigación para el tratamiento, desde el punto de vista de ensayos clínicos, de un grupo de pacientes cuya evolución clínica les permite trabajar de forma diferenciada en cuanto a su estado nutricional con medicamentos 100 % cubanos como el Omega 3.
La actividad investigativa deriva no solo en la recuperación integral de los pacientes del Centro de Protección Social, sino en el tratamiento post-alta para el fortalecimiento de su estado clínico-epidemiológico.

En el hospital se han enfrentado, igualmente, a enfermedades respiratorias -asociadas al hábito de fumar- y la hipertensión arterial comunes en los enfermos; a su vez que la edificación aledaña, con 230 capacidades, está destinada para los sospechosos de bajo riesgo.

Adecuadas condiciones de alojamiento poseen las 115 personas que laboran durante el mismo turno en el centro clínico, entre ellos médicos, enfermeras, estudiantes y de servicio. Al respecto, el Lic. Miguel Quesada Arbolaes, jefe de enfermería en funciones, especifica que la rotación es cada 14 días: 14 días trabajando, la misma cifra en aislamiento fuera de la UCI y dos semanas de vacaciones con sus familiares, quienes los apoyan e instan a cumplir todas las indicaciones sanitarias.

“Este es el ejército de batas blancas que nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, formó. (…) El personal de enfermería está en primera línea de combate y sabe nuestro pueblo que puede contar con nosotros hoy, mañana y siempre”, resalta Quesada, consciente de la importancia del retorno de los enfermeros al siguiente turno para continuar asistiendo a la salud humana y que los pacientes queden reintegrados a la sociedad.

Casos especiales

La batalla es enfrentada con cariño, paciencia y profesionalidad por enfermeras y enfermeros, quienes recalcan “la experiencia de trabajar con pacientes diagnosticados de deambulantes y con trastornos psiquiátricos y otras patologías asociadas como diabetes e hipertensión arterial, que en nuestro medio hospitalario no son comunes”, al decir de Quesada.

Quedan las vivencias de la mesura excesiva en el trato “pues su coeficiente de inteligencia está un poco lacerado y muchos son alcohólicos. Siempre se les brindó el amor que necesitaban y respondieron bien a nuestras voces de mando; cooperaron y recibieron un módulo destinado para ellos pues nuestra Revolución y Partido nos han abastecido con los recursos necesarios”.

Ana Cecilia González, estudiante de Medicina de 5to año de la facultad Calixto García, asume como enriquecedor su encargo social en el hospital de la UCI. “Nos preparamos para la función principal que tenemos como médicos: preocuparnos y atender a las personas que lo necesitan. No se trata de exponernos a un peligro, sino de proteger a los pacientes y a nosotros mismos”, enfatizó la alumna, quien declaró, en nombre de sus contemporáneos, que darán el paso al frente cuando los vuelvan a llamar.

El Dr. Mario Delgado atribuye como una fortaleza la vinculación de la asistencia y la docencia; los estudiantes fueron capacitados por sus profesores para esta actividad y se dedican a otras como visitas a los enfermos para aprender de los médicos presentes.

Y si de casos especiales se trata, no pueden faltar por mencionar los voluntarios que ayudan en el centro de aislamiento; la mayoría son trabajadores de la UCI, pero también participan estudiantes de esta universidad y de otras de la capital como el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), la Universidad de La Habana y el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae).

Raydel Montesino Perurena, vicerrector primero de la UCI que asumió la responsabilidad de Jefe de Voluntarios, explicó que la misión es atender a los aislados lo mejor posible y mantener la parte logística del aseguramiento del centro.

Ellos, por ejemplo, son los encargados de tener listas las habitaciones para la entrada de los contactos de casos positivos, “a los cuales se les da un avituallamiento para que estén acá esos días; y les brindamos servicios de alimentación como desayuno, almuerzo y comida hasta los apartamentos pues no salen de allí ni tienen contacto entre ellos. Asimismo, estamos al tanto de cualquier cosa que necesiten como hacer una llamada, contactar a un familiar, trasmitir un recado, o si precisan de una pastilla lo informamos a los médicos.

“Nadie quisiera estar en esta situación, alejados de sus casas, pero lo han entendido muy bien y agradecen a la UCI y al país por la atención brindada aquí”, recalcó Montesino, quien reconoció la compenetración producida entre los aislados y los voluntarios durante el poco tiempo que permanecen allí, en la espera de los resultados de los PCR.

Nuevas incorporaciones

Recientemente la Universidad de Ciencias Informáticas recibió, bajo la condición de aislamiento especial, a más de 200 enfermeras y enfermeros derivados del evento epidemiológico de San Ambrosio y que prestan servicio en 13 hospitales de la capital.

En este sentido, Roxana Benítez Montenegro, funcionaria del Gobierno de La Habana, declaró que se acondicionaron con medios materiales una de las manzanas del centro de aislamiento para que pudieran alojarse y ofrecerles una mayor calidad de vida en pos de su trabajo.

“Llegaron con pruebas rápidas y PCR negativos y no solo estarán durante la cuarentena (14 días) sino que su estancia será mayor en la residencia. Cuando renueven sus labores en los hospitales, entrarán y saldrán del centro por un flujo determinado, en un trasporte propio de Salud y en completo uniforme para que se puedan identificar”, indicó.

En otros frentes de combate

Más cercanos a su perfil informático, la universidad posee productos destacables en el enfrentamiento a la pandemia como el pesquisador virtual, que permite a cualquier ciudadano acceder y diagnosticarse para que sea de conocimiento y control de las autoridades de Salud.

“Gracias a la plataforma se han autopesquisado más de 263 000 personas, de las cuales la mayoría son habaneras”, insistió el rector y expuso que el uso del pesquisador ha ido decayendo pues la población se siente más protegida y menos temerosa; “sin embargo, en el futuro puede servir para controlar otras enfermedades, epidemias y determinados pacientes”.

También se desarrolló un sistema e interfaz web que ha servido para gestionar el centro de aislamiento, entiéndase altas, admisiones, flujo estadístico, resultados de PCR; y la aplicación Portero para el control de las colas.

En estas opciones informáticas laboran cientos de profesores y estudiantes de la UCI, así como de diversas universidades del país, a la par que existen numerosos alumnos rellenando envases de hipoclorito, llevándole comida a las personas vulnerables y otras actividades.

“Nuestra universidad se ha incorporado al trabajo de enfrentamiento a la pandemia desde diferentes frentes a lo largo y ancho de Cuba; …y estamos dispuestos a cualquier otra tarea”, enfatizó.

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