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Jóvenes VS la Covid-19: altas e ingresos
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Es sábado 11 de abril y todo parece indicar que hoy dormiré el mismo día, o sea, que antes de las 12 de la noche va a terminar el trabajo.

Resulta que, una vez acomodados los pacientes, hay un poco más de tiempo para descansar, y digo un poco, porque la tensión no disminuye y… aunque ya tenemos un poco de experiencia, nunca debemos confiarnos, hay que seguir con la percepción de riesgo alta, como el primer día.

Hoy es el cuarto día de nuestro Centro de Aislamiento, y comienza a estabilizarse todo el trabajo.

Bitácora del día 4

El estado de las tropas es estable y positivo, todos gozamos de buena salud, aunque a algunos todavía no se nos han curado las ampollas de las botas, y la única parte del cuerpo que coge sol es la ranura de los ojos.

En total suman 20 sanitarios haciendo su labor y ya hoy ascendieron a 20 los jóvenes voluntarios de la Universidad que se encuentran apoyando la labor de los galenos. Los 10 de avanzada han mantenido su nivel, y además han apoyado en la medida de los posible a los nuevos, quienes ya están asumiendo con mucha fuerza, la fuerza que da estar bien descansados, pero, además, ser parte de la tropa de futuro de la Universidad de las Ciencias Informáticas.

Un tercio de la misión cumplida, y esperamos que en los días que vienen se mantenga el cumplimiento del deber y preservemos todos la salud.

La cifra de pacientes se mantiene estable, con altas e ingresos, y sobre este tema hablaremos hoy.

Marcas del día

Hoy he dedicado las marcas a las altas y los ingresos, esos momentos que nos marcan por su significado.

Quiero ir para la UCI: Era bien temprano en un municipio capitalino, y a un padre y su hija se le había notificado que habían sido contacto de un caso sospechoso, y que por ese motivo tenían que aislarse. Lo que podía representar una preocupación, hoy resultaba una cosa tranquila y les cuento el motivo.

El pasado jueves ingresaron dos hermanas, una de ellas estaba bien nerviosa, la preocupación al entrar era tremenda, porque sabía que era sospechosa, pero no sabía qué se iba a encontrar al llegar. Con su teléfono en mano, del otro lado, vía WhatsApp, una hija envuelta en llanto gritaba: Mami, ¿qué te van a hacer? ¡Mami, cuídate! Mami, ¡tú padeces de muchas enfermedades, no te quiero perder! Al ver la situación un joven vestido de verde se acerca y le dice: Su madre va a estar bien, ha llegado a la Universidad de las Ciencias Informáticas y aquí la vamos a cuidar como en casa. Si necesita cualquier medicamento u atención se lo vamos a dar.

El llanto menguó y las hermanas fueron hacia el apartamento que tenían destinados. Sin embargo, se han sentido tan bien, que en las comunicaciones con la familia no se cansaron de decir lo bien que las estaban atendiendo. Y fue así que este sábado, el padre y la hija de una de las hermanas, cuando el taxi los recogió en sus casas para trasladarlos hacia el centro de aislamiento lo tenían claro: Quiero ir para la UCI, allí hay jóvenes que me van a atender y médicos que me van a cuidar. Este ingreso fue emocionante, cómo decir que en solo 48 horas la fama de unos simples mortales que solo sonreían, ofrecían los buenos días y compartían lo poco que tenían había traspasado fronteras y había hecho que ni el temor por tan mortal enfermedad, ni dejar el hogar con sus respectivas comodidades, fuera tan traumático para una familia.

Al cabo del mediodía ya estaban reunidos, les esperan días largos en aislamiento, pero esperemos que todo les vaya bien con su salud que es lo más importante y que esta estancia en la UCI, sea lo que ellos han presagiado. Bienvenidos, nuevos ingresos.

Le voy a contar a mi nieta cómo me salvaron:Juana es una cubana común, de unos 56 años, piel blanca y algo pasadita de peso. No esconde que le encantan los dulces y que come muchas veces de más, tampoco ha dejado de decir que la ha sorprendido lo bien que cocinan en la Universidad, no sabe que detrás de esa cocina hay personal que donó su tiempo y dejó a su familia para hacer esta labor, y es válido el aparte para ellos.

Su situación es que su hija y su nieta, junto a ella, fueron contactos directos de un caso positivo, ante esta situación, el protocolo de salud cubano las aisló, dejó a su hija con su nieta en el Pediátrico de Centro Habana y a ella la trasladaron hacia acá. Sin embargo, este sábado la luz se hizo completamente para ella.

El viernes la prueba de su hija y de ella había dado negativa para SARS-COV-2, y este sábado dio negativa para la niña. Señores y Señoras que me leen, no puedo describir con palabras la felicidad en los ojos de esa mujer. Era impresionante.

Agradecía a todos los santos, agradecía a todos los médicos y miraba al cielo con los ojos aguados y decía: gracias por traer salud a mi familia. Eran las 2:00 de la tarde y los médicos decidieron darle el alta, un carro la iba a llevar hasta su casa. Fue el momento en que la jefa de enfermeras y el joven que la atendió se pararon frente a ella y nos dijo: “No puedo darles un abrazo, pero denle a todos los que me tuvieron aquí en estos días mi agradecimiento, le voy a contar a mi nieta cómo me salvaron, y no de COVID-19, porque la enfermedad no apareció en mí, me salvaron de morir de tristeza, me dieron esperanza que es lo único que nunca se puede perder. Cuando los veía desviviéndose por nosotros, sabía que tenía que ser fuerte para salir de alta.”

Los brazos en cruz se pusieron sobre su pecho, y la promesa de, aunque no nos viéramos más, nunca olvidaría este momento. La felicidad para algunas personas está sencillamente en el reencuentro de la familia y hoy esta alta médica era un motivo fuerte para ser feliz, y el agradecimiento, el mejor pago por tanto esfuerzo.

Estoy viva: Llegó sobre las 10 de la mañana, sus canas delataban su octogenaria figura, incluso tenía bastón, y el caminar era bien lento y apoyado sobre una de nuestras enfermeras. Puede ser la entrevista más común en un hospital todos los días, pero en estos tiempos en los que a diario la lucha se acrecienta contra este enemigo invisible, quise compartir lo que nos dijo Esther, la señora que es contacto de un caso positivo.

Al acercarme a ella y preguntarle cómo se sentía me expresó: Tengo miedo, mi nieta dio positivo y yo le di muchos besos y abrazos, me duele pensar que por darme amor me podían transmitir algo malo. Pero confío en que voy a estar bien, y esto se debe en gran medida a ustedes, los médicos y el personal que me ha atendido, este es el 3er lugar en el que estoy, y cómo soy un caso de riesgo me tratan como a una niña. Pero escuche bien jovencito: “estoy viva, y eso es lo importante, nada vale más, lo único que no se puede recuperar es la vida y por eso les agradezco tanto lo que hacen por mí, y voy a estar viviendo, porque sobre mi nieta no puede quedar la tristeza de que me enfermó, por amor voy a seguir viviendo.”

De esta forma termina la crónica de hoy, casi había olvidado que era sábado, tomo un aire, hablo con mis seres queridos con la ayuda del teléfono, y voy a descansar. La vida nos está dando una experiencia única y estamos venciendo en esta batalla.

Hasta mañana Diario de Jóvenes VS la COVID-19.

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Jóvenes VS la Covid-19: momento de pruebas
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Jóvenes en el Centro de Aislamiento UCI-Minsap

Ha sido un día largo, y digo largo en específico porque además de la distribución normal de las tareas que nos tocan, hoy toca guardia, y debemos estar las 24 horas recibiendo nuevas personas.

Al cumplirse el tercer día del Centro de Aislamiento, comienza a ser un momento decisivo, ya que está comprobado por varios estudios que del tercer al séptimo día, el virus SARS-COV-2, comienza a manifestar síntomas de la enfermedad, y este, es el motivo de este Centro de Aislamiento, tener doctores y enfermeras haciendo recorridos para detectar cualquier síntoma de la enfermedad.

Mis sobrinos se mantienen estables, mi ahijado, al cual les presentaré hoy, también.  Sobre esto y más hablaremos hoy, en nuestro día de pruebas.

Bitácora del día 3

El estado de las tropas es estable, todos gozamos de buena salud y aunque algunos han tenido que renunciar a las botas por lo duras que están, todos estamos acostumbrando al cuerpo a cumplir las tareas. Al mediodía llega una guagua con transporte de Salud Pública, se incorporan 6 enfermeras y 2 doctores, el objetivo, poner a funcionar otra manzana con nuevas capacidades para el Centro de Aislamiento.

En total suman 20 sanitarios haciendo su labor y a los 10 jóvenes voluntarios se nos suman otros 5 trabajadores de la Universidad, aunque estos últimos comienzan a trabajar en el recibimiento de los huéspedes que van a tener en horas de la tarde y hasta que amanece. EL grupo está unido, y la misión sigue siendo una sola: ayudar al país a mantener lo más controlada posible la situación y mantenernos sanos para regresar a nuestras casas.

El día termina con la satisfacción de haber dado el alta a 12, que cumplieron en nuestro Centro su tiempo de aislamiento y el resultado de sus pruebas dio negativo. A partir de las 8 de la noche se esperaban unos 80 que debían estar llegando fundamentalmente desde el municipio capitalino del Cerro. La batalla continúa y seguimos venciendo.

Marcas del día

Hoy dedico las marcas a las pruebas que nos pone la vida y a comentar algunas muy duras que se han vivido.

Escaleras al alma: Repartir la alimentación sin que se puedan tocar las personas no sería una tarea sencilla. Pero la situación se vuelve compleja cuando entre las personas a las cuales se les tiene que entregar cada alimento, no puede existir ningún contacto. Debemos mantener los alimentos calientes y en óptimo estado higiénico y a la vez garantizar que todos se sientan bien atendidos.

En estos días tuvimos que repartir 10 platos (el máximo tomando en cuenta que generalmente se reparten entre 6 y 8): arroz, ensalada, vianda hervida, pollo, sopa, mermelada de mango y queso de postre, y una tajada de melón por paciente. Todo esto incluía además un pan con queso y un refresco.

Ahora bien, cada joven tiene un paso de escalera que atender, y para repartir esos 10 platos debe cargar toda la comida desde donde la deposita el carro, hasta los apartamentos y una vez allí mantener todos los requisitos de limpieza y orden. Contamos 45 escalones en un edificio hasta el último piso y otros 35 en otro, esto nos dio 80 escalones a subir para darle comida a 18 pacientes que se encuentran en el último piso. Teniendo que subir mínimo 3 veces para llevar esa gran cantidad de platos a cada edificio, nos hemos dado cuenta que en un evento de este tipo son 240 escalones los que se suben, y esto señores, es en buen cubano un tronco de ejercicio que asumimos como importantísimo a la hora de mantener la vitalidad de la Villa.

Fue en una de esas subidas de escalera que un paciente comentó: “Oiga, usted hoy va a terminar cansado de subir escaleras, cuando llegue a su casa no va a servir para más nada”. A lo que el joven respondió que nos tocaba quedarnos aquí los 14 días del aislamiento, fue entonces que el paciente nos dijo: ”Qué duro, subir esto todos los días hay que tener ganas y ponerle toda el Alma”. Y es así con esa fuerza que nos sentimos y nos vamos impulsando.

El ahijado: Odanis es un joven blanco, de ojos claros y saltones, cejas tupidas y de complexión delgada. Natural de Alamar en La Habana, se nota que le gusta ver televisión, porque lleva desde que llegó pegado a ella. Me llamó la atención que siempre llevaba la misma ropa, hasta que no pude más y le pregunté, a lo que el muchacho me respondió: Es que yo salí al hospital porque me sentía mal, no tuve tiempo de avisar a nadie, del hospital Naval me remitieron hacia acá directo, y ando con esta ropa solamente.

Fue entonces que lo ayudé a contactar con su madre, que estaba envuelta en llanto de preocupación por su hijo, también lamentaba que no iba a poder llegar a traerle ropa, debido a la restricción del transporte público y a la distancia del lugar, fue entonces, para calmar a su madre y como realidad de lo que estaba viviendo, que Odanis le dice a su madre: “Ma, tranquila, que mi padrino me resuelve todo lo que necesito, menos cigarro, pero a lo mejor dejo el vicio”. Este chico estuvo preso por dejarse llevar por malas influencias, y me confiesa que estar aquí lo ha ayudado a pensar bien, que va a volver a estudiar el técnico medio, y que va a ponerse a trabajar nada más que salga. La familia que está aislada con él, también lo ha cogido como un nuevo miembro, y yo, al ver cómo un joven que podría haber perdido su rumbo, lo vuelve a encontrar, solo pienso en que sigo en el lugar correcto, y sumo un ahijado nuevo a la familia. Por cierto, cumple el día 15, veremos qué se puede hacer.

Prueba de valor: La tercera marca nos la da un suceso normal, el día anterior, uno de los pacientes comenzó a tener fiebre y malestar, automáticamente es detectado y remitido a un centro hospitalario. Le realizan la prueba e informan en este tercer día que el resultado de la prueba es positivo. Imagine los rostros de los que llevaron la alimentación, de los que cambiaron las sábanas, nos miramos todos y de pronto alguien sugirió: “No pasa nada, seguimos cuidándonos y tomando todas las medidas, para eso estamos aquí, a situaciones como esas nos enfrentamos”. Y tenía razón, a ese enemigo común nos enfrentamos, y puede haber casos positivos, pero van a ser muchos más los negativos, y en buena medida, por nuestro apoyo.

Vamos a hacer que las personas recuerden haber estado aquí. Vamos a hacer que nosotros no nos enfermemos bajo ningún concepto. Es una prueba de valor enorme, y requiere que todos estemos bien enfocados, pero con los pantalones bien puestos.

Seguiremos trabajando, y obteniendo para nosotros las marcas de esta experiencia. ¡¡¡Nos vemos mañana, Diario!!!

 

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Jóvenes VS la Covid19: engranando la maquinaria
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Centro de aislamiento para enfrentar la covid19

Amanece bien temprano en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI). Los que están de guardia han trabajado bien duro durante toda la noche, el día cero trajo consigo nuevos pacientes que se registraron en el Centro de Aislamiento.

El 8 de abril fue el primer día de la cuarentena. Te cuento algo de lo que pasó.

Entrega de Guardia

Son las 8 de la mañana y tanto el doctor, como la enfermera al frente del Centro de Aislamiento se reúnen con todo el personal. Informan todo lo sucedido por la madrugada y brindan una idea del estado de salud de los pacientes.

Insisten en la seguridad, y aclaran todas las dudas del equipo. ¿Cada cuánto tiempo hay que cambiarse el nasobuco? ¿Qué cantidad de personas debemos recibir hoy? ¿Cuántos pacientes la Provincia desea enviar hoy? ¿Cómo están nuestras fuerzas? Son algunas de las preguntas que se oyen por uno y otro lado. Se hace mucho hincapié en protegernos con todos los medios: gorro, camisa, pantalón, bata, guantes y desinfección con la solución de hipoclorito, y agua y jabón cada cierto tiempo. Mantener la distancia social y evitar por todos los medios tocar los ojos, la nariz o la boca.

En solo media hora se ha aprendido más de medicina que en muchas conferencias y charlas de salud, uno a veces no sabe la importancia de tener a esos médicos listos para ti, sí, tener un médico que dé su tiempo por ti, que te cuide y te cure de forma gratuita es una conquista que tenemos. En esta entrega de guardia no tuve dudas al respecto.

Bitácora del día

El estado de las tropas es estable, siguen 12 sanitarios haciendo su labor y 10 jóvenes voluntarios apoyando en todo. En un primer momento se pensó que la labor iba a ser entregar la alimentación a los pacientes, pero la vida y la práctica permitió saber que además de esta tarea, cuidar la limpieza, atender cualquier duda, apoyar durante la noche en una guardia programada la labor de los pacientes que llegan nuevos y los que se van de alta, en fin, que toca hacer lo que aparezca, a la hora que sea y con el esfuerzo que sea necesario. Si los que subieron a la Sierra nos vieran, estarían orgullosos.

Marcas del día

Cuando escribo esto tengo miedo de quedarme sin historias para los 14 días de trabajo, pero me arriesgo, tengo que contar los 3 momentos más emocionantes del día.

La diabética: se nos acerca una señora de más de 60 años: “Mi vida, yo soy diabética, y estoy preocupada porque en mi casa no quedó nadie y no sé si voy a tener una alimentación correcta para mi enfermedad. Yo tengo que comer pollo y leche todo el tiempo”. Luego del desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, y bajo la lupa de nuestros eficientes médicos, ella dice: “Me han sorprendido, no esperaba que hasta leche y café nos dieran, cómo hacen para mantener tanta comida, voy a terminar curando mi diabetes”, a lo que el marido le responde, “la diabetes no sé, pero de que nos curamos, NOS CURAMOS, te dije que no nos iban a dejar desamparados”. Sobran los comentarios y la emoción.

El consejo: Era cerca de las 3 de la tarde y un grupo de jóvenes pisa el terreno del Centro de Aislamiento, sucede que, de tres en tres, en taxis, se bajan con sus rostros de unos 19 a 20 años, sus trajes de medicina los delatan. Luego de ubicarse, pasamos a atenderlos y darles alimentación. Como jóvenes de esta época estaban bien conectados y pegados a sus celulares, sin embargo, pudimos conocer que estaban apoyando en las pesquisas, y Moisés, uno de sus compañeros de estudio fue un caso positivo. Ya llevaban 14 días asintomáticos, por lo cual, si seguían así pronto estarían de alta. Al preguntarles cómo se sentían, el más alto del grupo nos dijo: ”Estamos bien, pero yo al menos estoy molesto conmigo mismo, la gente no acaba de entender que si no se cuidan empeoran las cosas. Por no respetar el aislamiento social estamos aquí, alejados de nuestras casas, cuídense muchachos, y mantengan siempre las distancias, fue el consejo que nos dieron”. No tengo duda de que serán estupendos médicos.

A corazón abierto: Eran las 6 de la tarde y estaba terminando de dar una merienda, dos hombres aislados por la misma causa conversaban animadamente, al entregarles su pan y su líquido les preguntamos respetando la distancia si se encontraban bien, ellos nos responden: “Mi hermano, esto está bastante bueno, nunca es como en la casa, pero tenemos que estar aquí para cuidar a la familia, pero mira, ese televisor que nos pusieron se apaga y a mi edad lo único que hago es ver televisión, soy fanático de las noticias”.

En ese momento le expliqué que al parecer se rompió o tuvo algún problema, que es imposible violar el aislamiento y si traemos un técnico tendría que quedarse y exponerse junto al resto de nosotros, vería que podría hacer. Al llegar al puesto de mando recordé que el jefe del campamento tenía un televisor, pero no lo usaba, en qué tiempo van a ver televisor las 22 personas que están atendiendo a todos los pacientes al mismo tiempo. Le comenté la conversación que tuve y solicité donarle su televisor al paciente, a lo que este respondió: “Por supuesto, ya veré televisión cuando cumplamos la misión”.

Acto seguido, monté en el carro de la cena aquel televisor, y al llegar, los dos hombres se quedaron asombrados, y el mayor, de unos 68 años, tuvo una respuesta muy impactante: ”Hombre, usted Sí TIENE PALABRA (y usó la última palabra del gran Juan Almeida Bosques), que Dios lo bendiga hijo, y que tenga mucha salud, yo tengo una operación a corazón abierto sobre mí, pero a ustedes le han sacado el corazón para dárnoslo a nosotros. No tengo forma de agradecerte”.

No pude evitar que se me aguaran los ojos junto a él, y le dije: Con un abrazo en la distancia y con que salga sano de aquí me doy por satisfecho padre. Al salir de esa habitación, ya no era el mismo, un gesto material, que para mí era lo más normal, me había dejado el corazón abierto.

El dolor de los pies al final del día sigue siendo amplio, el cansancio más… pero sabemos que estamos en el lugar correcto… y estas historias de la vida real, solo acaban de empezar.

Hablamos mañana querido Diario, de estos Jóvenes VS la Covid19.

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Jóvenes VS la Covid19: te amo Cuba, te amo vida
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Día 2 oficial, aunque realmente es el 3ero de trabajo, recordarán quienes vienen leyendo nuestras crónicas que nuestro día 0 fue realmente agotador.

Cada mañana, como suele suceder en una casa, comienza el día con nuestro hombre 10 al frente del puesto de mando. Es el que nos trae el desayuno para todo el Centro de Aislamiento, y con la llegada del transporte, todo comienza a moverse. Aquí algunos momentos de lo sucedido.

Preparación

La preparación es sumamente importante, es una acción cotidiana que nos permite mantenernos saludables y protegidos por encima de todo. Tratamos de hacerla como un reloj suizo (por eso de la fama que tienen) y nos toma de 10 a 30 minutos, y poco a poco, vamos tomando habilidad.

Comenzamos por la higiene, sin dudas esta etapa va a ser la etapa de más duchas y más lavados de manos de muchos en sus vidas. Luego del aseo, la ducha y el lavado de manos estipulado, nos colocamos la ropa interior y comenzamos por la ropa verde, un pantalón y una camisa de los que usan los médicos en el hospital. Luego, unas botas, que, aunque a algunos nos hacen ampollas por la falta de costumbre, son más eficientes que los pares de zapatos, eso sí, cuando las ampollas duelen demasiado, las botas las cambiamos por los calzados personales.

Acto seguido, y sin salir de casa nos colocamos el gorro que nos proteja el cabello a los pocos que tenemos, y sobre el gorro, de forma tal que se pueda quitar para tomar agua u otra maniobra, el único que se mantiene todo el tiempo: El NASOBUCO, que, por cierto, el color rosado de los mismos, me imagino que sea tendencia de la moda en su combinación con el verde.

Luego de hacer todo esto sin salir del apartamento, nos dirigimos hacia el puesto de mando, con la observación de NO TOCAR NADA con las manos, de hacerlo, hay que lavarlas nuevamente con hipoclorito, luego agua y jabón. En el puesto médico nos colocamos unos guantes desechables, que para los que nunca los habían usado son muy incómodos, pero el cuerpo se adapta a todo, y una vez los guantes colocados, nos ponemos una bata verde de cirujano, la cual es la que va a estar expuesta a TODO el exterior, y por supuesto, puede estar expuesta al SARS-COV 2. La bata, siempre requiere de una persona, a la cual le decimos, la estéril, que no haya estado en contacto con pacientes, para que ayude a colocarla, y de esta forma, se mantenga el cuidado de nuestra salud.

Sí, toda esta preparación se ve más fácil dicha que escrita, y mucho más fácil escrita que hecha en el momento, pero se las explico en este diario para que sepan que nos estamos cuidando. La victoria de la misión no solo es que los pacientes estén bien atendidos, sino que también todo el personal salga sano, porque entre todos debemos cuidarnos.

Bitácora del Día 2

El estado de las tropas es estable, siguen 12 sanitarios haciendo su labor y 10 jóvenes voluntarios apoyando en todo. Se espera se incorporen otros sanitarios. Los pacientes a aislar aumentan ante la necesidad del país de mitigar la enfermedad, y el personal sigue redoblando los esfuerzos.

Se nos incorporó un joven del municipio que trabaja en vectores, y le nombramos entre TODOS Paquito, porque es el responsable de fumigar con la solución de hipoclorito TODO, desde los carros que entran y salen, hasta los bultos y todas las esquinas de los apartamentos. El animado cubano de Chuncha estaría orgulloso y gritando: fumiga, Paquito, fumiga, que no quede un virus en ningún lugar. La batalla continúa.

Marcas del Día

Luego de comentarle a mis compañeros la idea de este diario, ellos me han ido nutriendo, aunque la mayoría de las historias las he vivido, he aquí las marcas del día:

La Familia Unida:Juan es un señor de 72 años, pero a pesar de sus múltiples achaques, tiene una movilidad potente y se encuentra desde el primer día aislado. Resulta que había ingresado a nuestra instalación, pero toda su familia se encontraba en el Centro de Aislamiento de la Escuela Vocacional Lenin. Desde horas de la tarde le explicó al equipo médico la situación y ellos se pusieron a hacer las gestiones para la unión. Eran las 10 de la noche y una ambulancia apareció para hacer la transportación, Juan saltó de su cama al conocer la noticia, y antes de irse nos dejó una nueva marca en los corazones, a la pregunta del joven que le dijo: Juan, ¿está contento porque se va?, él respondió: Me voy contento, porque en estos tiempos la familia debe estar unida, ahora cuando llegue le voy a contar a ellos como hay personas con el corazón que no les cabe en el pecho. Cuanto amor, Gracias muchachos, ahora tengo más familia, aunque no les vea el rostro ustedes son parte de mi familia, cuídense mucho. Y es cierto, momentos como estos ponen a prueba el amor, ese amor a los amigos y a la familia que hacemos durante la vida.

Amor en Vena: Terminamos de repartir la comida como a las 8:30 de la noche, tiempo récord si consideramos que en solo media hora esto fue posible. Tuvimos que subir y bajar escaleras, subir y bajar alimentos, atender a cada paciente desde la distancia, sin tocarlos, sin mostrarles una sonrisa, pero que solo los gestos y las miradas los hicieran sentir bien. Ya recogiendo, se acerca la última paciente que había llegado y al ver nuestras atenciones nos dice: Por favor, déjenme tirarles una foto, para que en internet sepan la verdad, para que vean el Amor en Vena que nos están dando para mantenernos sanos. No nos pudimos negar a aquella foto, y, aunque ahora en estos momentos no sé en qué parte de internet esté, solo sé que quienes vean este mensaje van a saber de un nuevo tratamiento contra la COVID-19 que se está dando GRATIS y a toda hora en el Centro de Aislamiento UCI-MINSAP, sus resultados, los esperados: Los pacientes están tranquilos, y manteniendo una evolución favorable, pero con la tranquilidad de que están en buenas manos y que tienen amor de sobra.

Felicidades Mi Amor: Sin quererlo este cronista pasó cerca de uno de nuestros voluntarios de la UCI, y en ese momento hablaba con su hija, le decía: Papá le encargó un cake a mami, cuando llegue le cantas las felicidades y lo disfrutan.  En el momento no le di importancia, pero al poco rato, en la bata verde que usamos quienes cuidamos a los pacientes, esa misma persona se había puesto, además de su nombre, un texto que decía: Felicidades Mi Amor, fue allí cuando se me hizo un nudo en la garganta. Joder, (pensé en lenguaje informal) ese ser humano podría estar en su casa, no está enfermo, no es contacto de nadie positivo al Coronavirus, y prefirió estar donando sus esfuerzos, cambió su tranquilidad de llegar en la noche a un hogar, su tranquilidad de ser un padre, un esposo de familia, por estar cuidando a otros. Solo pensé que deseaba que ese Amor fuese tan fuerte que aguantara estos 14 días de trabajo y los posteriores 14 de cuarentena, que aguantara todos los obstáculos, para que luego que pasara todo, recordaran con nostalgia aquel cumpleaños que este Virus les quitó.

Estas 3 marcas de hoy, tienen un denominador común: en particular el que escribe no ha podido hablar todo el tiempo que él desea con su amor, ni con su madre, mucho menos con el resto de la familia, la tristeza invade el pensamiento al no saber a ciencia cierta cómo están, cómo se sienten, qué necesitan, pero sabe que lo que hacemos es lo que hay que hacer en estos momentos, y por ello escribo y pienso bien fuerte: te amo Cuba, te amo Vida, y seguiremos luchando por Cuba, y por la Vida, el resto de los días que sean necesarios.

Nos “vemos” en la próxima crónica.

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Jóvenes VS la COVID 19
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Profesores, trabajadores y cuadros de la UCI conforman el primer grupo que labora en el centro de aislamiento

Uso la palabra Joven, porque no cuento esta historia como un diario personal, sino como uno anónimo de varias personas que han aportado y seguirán aportando a cuidar la vida humana.
Son las 2 de la mañana del miércoles 8 de abril, y la jornada que intento contarles comenzó el día 7, a las 7 de la mañana.

Preludio: 3 de abril, 4 de la tarde
- Buenas Joven.

-Buenas Profe.

-Estamos organizando un grupo para atender el centro de aislamiento que va a funcionar en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) para atender a pacientes de la COVID 19, pero solo si no interfiere con el trabajo que estás realizando.

-Cuente conmigo profe, llamo ahora mismo para que me liberen del trabajo y me sumo a la tarea, estaba esperando que sonara el teléfono de un momento a otro.

Los días 4,5 y 6 me los pasé visitando la UCI para apoyar en la tarea de embellecimiento que sobre ella asumían constructores y miembros de nuestra comunidad universitaria para recibir a los pacientes. Nuestra Universidad convertida nuevamente en un gran hospital.

Martes 7, Día 0
Sale el ómnibus de la UCI del Parque de la Fraternidad a las 7:00 a.m., puntual como regularmente sucede, me recoge en 25 minutos y justo a las 8:00 a.m. veo el amanecer en la UCI que alumbra ese cartel con la imagen del Comandante en Jefe Fidel Castro, ese que es uno de los carteles más bellos que he visto en mi vida.

Ya se llevaba limpiando duro y fuerte varias semanas, los constructores terminaban y allí se volcaba una brigada que tenía todo tipo de personas, desde doctores en ciencias, hasta especialistas con las herramientas de plomería, desde el rector de una Universidad, hasta el operador de la turbina del agua, todos con un solo objetivo: mejorar al máximo posible cada detalle de quienes nos visitan.

Varias reuniones, de esas que en Cuba decimos son productivas, de repente, el teléfono, es necesario, hay que reunir a la primera brigada que va a entrar en acción, los pacientes que iban a llegar a partir del miércoles 8, se adelantan. El país necesitaba aislar lo más pronto posible a todos los posibles contactos y para ello, no podía ser otro lugar, la UCI, tenía que entrar en acción, Sí o Sí, y la única respuesta cuando se llama al machete en esta tierra brava es ir para arriba del problema.
Me temblaron las manos (herencia que me dejó mi abuelo de cuando comía y le temblaban), sin embargo, no el deseo, sabíamos, o imaginábamos a lo que nos enfrentábamos, sin embargo, el día cero había llegado.

El comienzo
Fue así como corrí a ducharme, a ponerme un traje verde que parecía de un cirujano renombrado, cuando en realidad la única operación que había hecho en mi vida era a una motherboard Intel de las viejitas, cuando ya no servían, porque en mi ciudad natal no operábamos a lagartijas, como en ciertos parajes de nuestra Cuba.

Bajé, y de pronto hubo un aplauso, yo no entendía porqué, estaba tan concentrado en lo que tenía que hacer, que me dijo una profe, el aplauso es para ustedes: los primeros valientes, y solo atiné a sonreí, pero ahora cuando escribo estas líneas es que estoy sintiendo el apoyo de los mismos.

Cada uno de los que estábamos atendiendo los edificios de la UCI, debíamos tender las camas de las personas que se iban a aislar. Confieso que, al ser un poco con premura y con el deseo que me invadió de que cuando esas personas llegaran sintieran al menos la satisfacción de una cama cómoda y un lugar agradable, recordé las lecciones del servicio militar, y de la familia: sin dudas ha sido el día que más camas he tendido en mi vida en menos de 2 horas, y créanme, la demora era porque había que poner, además, un módulo de aseo en cada cama, para nada despreciable.

Fue así como terminamos la primera parte de la tarea, lo que había empezado alrededor de las 7 de la noche, eran las 9:30 p.m. y todavía seguíamos acomodando personas.

Primeras marcas
De este día cero, guardo tres momentos, además de esos aplausos de inicio:
•    Los primeros pacientes que me tocó atender y dirigir hacia los apartamentos, fueron dos familias; en una, un hijo con su madre ya mayor, la otra, una madre y un padre con un niño de la edad de mis sobrinos.
•    Tuve que aguantar fuerte cuando ese hombre de unos cuarenta años me dijo: “Amigo, yo estoy aquí para salvar la vida de mi madre”, me recordó a mis abuelos que ya no tengo y a los que la vida me ha puesto postizos por allí.
•    Luego subo una escalera al próximo apartamento y la madre me dice: “Mi hijo tiene hambre”, y me enseña a un niño de unos 12 años … (escribiendo esto se me acaban de salir las lágrimas), pero en el momento solo se hizo el nudo en la garganta de pensar en mis sobrinos, de su misma edad, a los cuales por este distanciamiento social hace un mes que no les doy un abrazo. Sonreí, aunque mi protección no dejaba ver la sonrisa y le dije: “Voy a buscar comida de algún tipo, que se ve que ese niño come cualquier cosa” … a lo que el muchacho me respondió: “Sí, sí, cualquier cosa, que tengo hambre” … quizás sepa mucho más que muchos niños de la situación, pero el hecho de que la afronte con esa fortaleza, fue un momento bastante impactante.

Tareas finales del día
En lo adelante, la noche avanzó y fue hasta las 2:00 de la mañana que siguieron llegando carros para ir completando poco a poco las capacidades de los edificios que la Universidad había destinado para estas personas.

Niños de meses, ancianos, jóvenes de diferentes gustos y peinados, personas sanas y personas vulnerables. Sin temor a equivocarme, nunca mi país se había enfrentado a esto; pero que digo mi país, nunca el mundo se había enfrentado a esto.

Llegando a la media noche hice un conteo y todavía quedábamos trabajando un grupo pequeño de médicos y jóvenes, pero es mejor así, menos personas en riesgo de contraer el Sars-Cov-2. Los médicos, llenando planillas con detalles minuciosos en cada historia clínica, interrogando al detalle a cada persona que llegaba al Centro de Aislamiento. Los jóvenes, transportando avituallamientos, indicando los caminos hacia los edificios, atendiendo necesidades de primer orden.

Todos preocupados, porque se está combatiendo a un enemigo invisible, y se necesitaba mucha concentración. Nunca me había preocupado tanto no tocarme la cara, la nariz, la boca y los ojos. Nunca había apreciado tanto el valor de estar saludable y VIVO.

Eran las 2:00 a.m., y con una merienda reconfortante de espíritu, uno a uno fuimos prestos a descansar, todos, menos un equipo que quedó de guardia esperando cualquier carro que pudiese llegar.

Ubicadas casi un tercio de las personas previstas, en solo 5 horas había que estar despiertos para comenzar el primer día oficial del Centro de Aislamiento UCI-MINSAP, al que yo le he cambiado el nombre por el de: Jóvenes VS la Covid19.
Pero lo que pasará en los próximos días… eso trataré de seguir contándotelo por esta vía…

 

Noticias

Una Universidad humanista y solidaria en tiempos de #COVID19
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Equipo de trabajo de la Universidad de las Villas en centro de aislamiento

Muchos son los ejemplos hoy día del compromiso, solidaridad y altruismo presente entre estudiantes, profesores y trabajadores universitarios.

Desde la participación en la agricultura, para garantizar la alimentación del pueblo, hasta la contribución en tareas relacionadas con los servicios logísticos de aseguramiento, limpieza, transporte y elaboración de alimentos y otros recursos, en los centros de aislamiento que funcionan en cada provincia del país.

Las universidades cubanas, en coordinación directa con los Consejos de Defensa provinciales asumen cuantas tareas se necesitan en cada territorio, con la seriedad y responsabilidad que requiere la situación epidemiológica que hoy vivimos.

Así es como la Universidad de La Habana, suma cada día una mayor participación de sus estudiantes, profesores y trabajadores al envasado y etiquetado de hipoclorito para garantizar el expendio de este producto en la red farmacéutica de la Capital.

De igual forma, las universidades de Camagüey, Holguín, Villa Clara, Las Tunas, Matanzas, Cienfuegos, entre otras, prestan servicios de logística en los centros de aislamiento.

En las Tunas, los jóvenes universitarios forman parte de los destacamentos de apoyo popular contra la COVID, activos en cada municipio, para el cuidado de la disciplina ante las medidas más importantes que ha orientado el país en el enfrentamiento a esta situación de salud.

Los estudiantes de las especialidades de Medicina, Estomatología y las Tecnologías de la Salud en todos los territorios, aportan en las pesquisas, visitando las viviendas en busca de sintomatología respiratoria o casos febriles.

La Universidad de las Ciencias Informáticas ha aportado en la creación de aplicaciones, Bases de Datos y como parte del observatorio científico de la pandemia.

 

Preservando la salud de los estudiantes extranjeros

Otra gran misión que cumplen las universidades cubanas, está relacionada con la atención a los becarios extranjeros. Concentrados en las residencias estudiantiles de cada institución, se sienten seguros y protegidos por el personal que los atiende.

En cada residencia tienen el material de aseo necesario: disponen de detergente, jabón, soluciones cloradas, y aplican las medidas higiénico-sanitarias­ imprescindibles para reducir al mínimo el riesgo de contaminación. También se les asegura la información y la comunicación, con acceso permanente a la prensa, servicio de internet las 24 horas del día y televisores para ver las mesas redondas, las conferencias de prensa y los espacios de la programación.

Además, de estos aspectos, se mantiene la vigilancia médica con la presencia de un personal de salud que está alerta de cualquier infección respiratoria aguda o sintomatología sospechosa, en el puesto médico de cada institución.

 

Se aseguran los servicios a la comunidad

En una parte importante de las universidades, funcionan servicios básicos que además de cubrir las necesidades de cada institución, prestan servicio a las comunidades que las rodean y ese es el caso de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas.

“Ni siquiera en tiempo de vacaciones se cierran algunos servicios que son vitales y que se prestan a las comunidades aledañas de la institución”, precisó el Dr. C. José Antonio Marimón Carrazana, Vicerrector de Extensión, Comunicación e Informatización, en entrevista concedida a la Dirección de Comunicación de este centro.

En esta universidad se mantienen en funcionamiento, la panadería de la Empresa Cubana del Pan, la sucursal del Banco Popular de Ahorro, la Tienda Caracol, el Tele Punto de ETECSA y la posta médica del área de salud, que atiende a la población de la zona.

 

Dirección de Comunicación MES