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La Música de la Bayamesa: Himno Patriótico Cubano

MSc. Damisela Santiesteban Reyes |
14 de Agosto de 2021 / 7:15 am
Himno Nacional de Cuba

La madrugada del 14 de agosto de 1867, fue testigo de los desvelos de hombre y piano, para amanecer con el nacimiento de las notas musicales del canto de guerra cubano, compuesto por el poeta y reconocido revolucionario bayamés, Pedro Perucho Figueredo Cisneros quien también era cantante y muy asiduo a la música en general. Durante una reunión secreta en su casa de Bayamo, la cual fue el centro principal de la conspiración independentista en la región oriental, con la presencia de  Francisco Maceo Osorio,  Francisco Vicente Aguilera y otros independentistas, formaron  el Comité Revolucionario de Bayamo e insistieron en la necesidad de componer un himno que, a semejanza del himno francés “La Marsellesa”, enardeciera los ánimos. 

Al terminar aquella reunión conspiradora, Maceo Osorio le dijo a Perucho: “Se puede decir que ya estamos reunidos en comité de guerra, te ha tocado a ti que eres músico componer nuestra “Marsellesa” y en la madrugada de esa misma noche, nació la inspiración tecleada al piano de la marcha guerrera nombrada inicialmente “La Bayamesa”.

La melodía solo había sido compuesta para piano, por lo que posteriormente, el 3 de mayo de 1868, Pedro Figueredo (Perucho) decide su orquestación y solicita  al músico Manuel Muñoz, director de la orquesta de la Iglesia Mayor, que componga la música e hiciera la instrumentación. Nada le dijo de su verdadero significado solo le recomendó discreción. Muñoz se comprometió a interpretarla en público con su orquesta en las celebraciones de la fiesta religiosa por la Iglesia Católica  del Corpus Christi. Por lo que, el 11 de junio de 1868 la iglesia Parroquial Mayor de la entonces villa San Salvador de Bayamo fue escenario del estreno de la partitura escrita.

En dichas festividades se encontraban el Gobernador militar de la ciudad, Teniente Coronel de Caballería Julián de Udaeta y Arrechavala, su Estado Mayor y un Batallón de infantería. Del otro lado del altar se encontraba un grupo de conspiradores presididos por Perucho Figueredo, Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y otros. En el atrio los músicos de la orquesta de Manuel Muñoz Cedeño, que esperaban el momento final de la misa para interpretar aquella música que tenía mucho espíritu guerrero y carácter revolucionario.

Al terminar la  procesión el Gobernador solicitó la presencia del maestro Manuel Muñoz, para pedirle explicaciones de lo que había escuchado, quien ante las interrogantes  dijo que era obra de Figueredo y que la había tocado solo para complacerlo, negando conocer que era un canto patriótico. Más tarde fue llamado  Perucho y ante similares interrogantes respondió enérgicamente al Gobernador ¿Es usted músico? a lo que Udaeta le responde… “Dice  usted bien no soy músico, pero tenga la seguridad de que no me engañó”.  Estas palabras dan muestra de que aquellas notas musicales no eran más que un himno de guerra y que hasta el propio gobernador lo había reconocido.

Posteriormente, el 20 de octubre de 1868 con la toma de Bayamo la orquesta del maestro Manuel Muñoz Cedeño interpretaba la música de La Bayamesa, el himno guerrero dado a conocer meses atrás. El pueblo al conocer la presencia de Perucho Figueredo, pidió la letra a viva voz, ¡la letra, Perucho!!, La letra!.. entonces el bayamés sacó lápiz y papel y montado en su caballo compuso las octavas maravillosas del himno, el himno de la libertad. La letra pasó de mano en mano y poco después, todo el pueblo la entonaba, haciendo énfasis en el verso: "Morir por la patria es vivir". Desde La Filarmónica el teniente coronel Udaeta, prisionero, percibía el alborozo popular y la marcha, como canto patriótico. Hubo de decir: "¡No me había engañado! ¡Yo sabía que era una música de guerra!”.

La partitura musical de “La Bayamesa”, devenida Himno Nacional fue una estimulación a continuar con la lucha por la libertad y caló profundamente en la identidad del pueblo de Cuba, al punto de que se hizo un lugar como símbolo nacional. En la historia política, literaria y musical de Cuba y, en particular, de Bayamo, han sido compuestos y musicalizados más de un poema con el título de La Bayamesa. Los originales, incluso, han sido objeto de distintas versiones. Ello se debe a que, en muchas ocasiones, la trasmisión fue oral u objeto de circunstancias en las que su popularidad provocó cambios de letra e, incluso, en la propia melodía.

La versión original de la música compuesta por Figueredo se perdió; por lo que, la versión actual con la que se acompaña las letras del himno es un trabajo de Odilio Urfé, investigador y músico, que realizó una propuesta de reconstrucción ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en 1983.

El espíritu claro de este canto patriótico es bélico. Representa testimonio de la lucha llevada a cabo para deshacerse del dominio de los españoles. El hecho de que este himno sea la representación musical de Cuba, habla del orgullo y valor que sentimos los habitantes de este país por la historia y al mismo tiempo la identidad que los define: valientes, luchadores y dispuestos a dar la vida por su nación. 
 

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