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A quince años del primer curso escolar en la UCI
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A partir de las ideas y visión de nuestro eterno líder, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, para la formación masiva de recursos humanos en la rama de la Informática y desarrollar la industria del software en Cuba, surgió el Proyecto Futuro que posteriormente tomó el nombre de Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).

Pendiente de la marcha de la obra, Fidel visitó las áreas constructivas el 7 de agosto de 2002 para reunirse con un grupo de compañeros y conversar con los trabajadores de estas brigadas que aquí laboraban.

Posteriormente, el 19 de agosto, nuestro Comandante tiene un encuentro con los cuadros designados para hacer y poner a funcionar la UCI.

Fue así que, el 23 de septiembre del año 2002, después de 106 días de construcción, este centro de educación superior abrió sus puertas al primer curso académico con 2 008 estudiantes y más de 300 profesores de todo el país.

Fidel, como estratega fundacional, recomendó que la Universidad fuese concebida como un centro de nuevo tipo, de alcance nacional, atípica y con tareas concretas en el proyecto de informatización de la sociedad cubana, con énfasis en la producción de software. Un centro que formaría a sus educandos desde una destacada actividad científica, política, cultural y deportiva.

Estos objetivos se han venido cumpliendo hasta la fecha mediante la interrelación de la formación-investigación-producción-extensión universitaria como un sistema único y coherente.

Han transcurrido ya 15 años en  los que  esta  Universidad ha crecido, al haber graduado 14 458 ingenieros, y alcanzado un prestigio a nivel nacional e internacional mostrando cuánto ha hecho hasta hoy en cada tarea encomendada, resaltando aquellas que contribuyen con la enseñanza de la informática y los programas de informatización del país.

Después de todo este tiempo la UCI mantiene su unidad, compromiso e incondicionalidad para seguir defendiendo nuestro proyecto socialista siguiendo conectada al futuro y la Revolución.

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Entrada triunfal del Primero de Enero de 1959
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Entrada triunfal del Primero de Enero de 1959

El Primero de Enero de 1959 entraron Fidel y su Ejército Rebelde en Santiago de Cuba, anunciando el triunfo de la Revolución Cubana, que marcó la liberación del pueblo de Cuba del imperialismo y la implementación del socialismo como modelo económico, político, social y cultural. Ese día, desde el balcón del Ayuntamiento, frente al Parque Céspedes, el líder comunicó que se había logrado la conquista definitiva de la independencia de la Patria.

Las Columnas del Ejército Rebelde comandadas por Camilo Cienfuegos y el Che Guevara habían rendido a los cuarteles de Yaguajay y Santa Clara, respectivamente, y partían, fortalecidos desde el punto de vista militar, hacia la capital del país para tomar el Campamento de Columbia y la fortaleza de La Cabaña. A partir de ese momento el poder quedó definitivamente en manos de las fuerzas rebeldes.

La Revolución Cubana es un proceso que comienza a gestarse desde fines del siglo XIX, cuando se produce el intento frustrado por parte de los mambises, frente al régimen español, de lograr la independencia de Cuba, en el cual tuvo una importante participación el Ejército Libertador, dejando su ejemplo de patriotismo y valentía, que fueron heredados por la joven generación de mediados del siglo XX.

La insurrección armada encabezada por Fidel Castro, al mando del Ejército Rebelde y, manejando una nueva estrategia contra la dictadura del momento, condujo al triunfo, a partir del cual, y durante 58 años, se ha mantenido la capacidad de resistencia del pueblo cubano, la inteligencia y la habilidad de la dirección revolucionaria, además de la justeza de la lucha de este país por su independencia.

Cuando el Primero de Enero de 1959 el dictador Fulgencio Batista huye hacia EE.UU. se inicia la única revolución triunfante en América Latina que terminó con la expropiación de las posesiones de la burguesía y los terratenientes. Una semana más tarde, el 8 de enero, una huelga general derrotó las maniobras de la dictadura que buscaba arrebatarle la victoria a los revolucionarios mediante la creación de una junta militar.

El Ejército Rebelde es recibido el 8 de enero por grandes multitudes en La Habana. En aquel tiempo Cuba enfrentaba una grave situación por la caída de la demanda del azúcar, motor de la economía local, y la apertura de una fuerte crisis social. La Isla vivía en la degradación social producto de la dominación imperialista. La capital era un gran burdel donde se divertían los norteamericanos y hacían grandes negocios los integrantes de la mafia.

La Revolución liquidó al ejército batistiano dejando su lugar a las milicias del Ejército Rebelde integradas por peones rurales, obreros y campesinos, quienes acompañarán al nuevo poder. Esta situación asusta a la burguesía y al imperialismo que en un principio miraban con buenos ojos al movimiento de los “barbudos” de la Sierra, que ante el avance de la Revolución comienzan a boicotear al Gobierno.

La Revolución de 1959 enseñó que para lograr la liberación nacional, el fin del latifundio y la resolución del problema de la vivienda mediante la reforma urbana, hay que combatir a las burguesías criollas y destruir su aparato represivo, expulsándolas del poder político y expropiando sus propiedades.

La Revolución Cubana nunca pudo desarrollar su potencial emancipador por el criminal bloqueo norteamericano; pero las masas obreras y campesinas han logrado defender sus principales conquistas con una política independiente.

El triunfo de Cuba fue un estímulo para la izquierda insurreccional latinoamericana, que inspirada en el modelo cubano intentó crear focos guerrilleros rurales para la conquista del poder. El ejemplo prendió en América Central (Guatemala y Honduras), en el Caribe (la República Dominicana), en los Andes (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú o Bolivia) y en Brasil.

Cuando el primer día de enero de 1959 Cuba amaneció con la noticia de la huida del dictador Fulgencio Batista, habían trascurrido dos años y 13 días desde que el Comandante en Jefe Fidel Castro, con solo siete fusiles, reiniciara la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra.

Fidel, le dijo al pueblo el Primero de Enero de 1959:

“Esta vez, por fortuna para Cuba, la Revolución llegará de verdad a su término; no será como en el 95, que vinieron los americanos y se hicieron dueños de esto, […] intervinieron a última hora y después ni siquiera dejaron entrar a Calixto García, que había peleado durante 30 años, no lo dejaron entrar en Santiago de Cuba; no será como en el 33, que cuando el pueblo empezó a creer que la Revolución se estaba haciendo vino el señor Batista, traicionó la Revolución, se apoderó del poder e instauró una dictadura feroz aquí; no será como en el 44, año en que las multitudes se enardecieron creyendo que al fin el pueblo había llegado al poder. ¡Y los que llegaron al poder fueron los ladrones! ¡Ni ladrones, ni traidores, ni intervencionistas, esta vez sí que es una Revolución!”.

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“No perder la historia es una responsabilidad de los revolucionarios”, consideró Fernando Vecino Alegret
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La pausa a intervalos, pero firme, cual sondeo de recuerdos, marcó el ritmo del diálogo que sostuvo en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) el pedagogo cubano y combatiente de la Sierra Maestra, Dr.C. Fernando Vecino Alegret, con profesores y estudiantes de la Facultad 2, a propósito del Fórum de Historia.

El fundador del Ministerio de Educación Superior en la década del 70 recordó las luchas estudiantiles en Holguín y en Santiago de Cuba, manifestaciones donde participó activamente como parte del movimiento estudiantil.

Ese conocimiento, junto al debate en plena guagua de la realidad que vivía el país, así como el análisis de lo acaecido en el Moncada, según recalcó, despertaron su espíritu revolucionario y lo identificaron con las formas de cambiar esa realidad.

El miembro del Movimiento 26 de Julio describió la impresión inolvidable que le causó la muerte de René Ramos Latour, entre otros revolucionarios que fueron asesinados por la dictadura batistiana.

El Dr.C. Vecino Alegret, quien detalló las diferentes ediciones del libro de su autoría Rebelde: testimonio de un combatiente, negó sentirse un escritor, pero sí un revolucionario.

Justamente, cuando Cuba obtuvo una contundente victoria en la ONU este 26 de octubre, el Dr.C. Vecino Alegret insistió en la preservación de la historia de nuestra nación: “No perder la historia es una responsabilidad de los revolucionarios”.