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No muere quien siembra luz y futuro
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No muere quien siembra luz y futuro.

A los humanos nos sobrecogen las fechas. Ellas nos hacen marcar el calendario, medir el tiempo, detectar coincidencias. La tendencia no solo irradia hacia lo personal, donde están nuestros días cumbres, los que no pasan de largo mientras transcurre la vida.

El aprecio de las fechas se extiende con fuerza hacia los seres que amamos, de los que todo suceso nos resulta entrañable. Nadie olvida el cumpleaños ni el definitivo adiós de los suyos, y les son esas fechas también propias, en tanto los tocan, los alegran o los entristecen.

Decir 13 de agosto, 25 de noviembre –también 2 de diciembre, 1ro. de enero y tantas más– nos llevan a un hombre con el que no es preciso haber tenido consanguinidad porque sus fechas han sido asumidas por un pueblo al que también le pertenecen.

Cuando alguna de ellas se acerca, Fidel se nos hace más nuestro. Desde días antes, el suceso en cuestión aflora y se nos presenta.

Llegando ya al 25 de noviembre, no hay quien desconozca que hace cinco años partió del mundo, para vivir en nosotros y en los que nos sucederán, un ser destinado a la vida eterna.

No se lo propuso, sin embargo, llenó sus horas de acciones marcadas por una voluntad decidida a barrer de Cuba para siempre el vergonzoso dominio imperial, y a construir una nueva. Una vida sin descanso lo llevó a protagonizar fechas. No hubo un solo día en la existencia del Comandante que no mereciera recordaciones, porque lo que hizo por su pueblo demandó una constancia ininterrumpida en acción y pensamiento.

No ha podido este lustro ahogar ni un segundo su presencia. En las fechas definitivas que sigue viviendo nuestra Patria, Fidel respira, renace cada día y señala el rumbo hacia un futuro en Revolución, la suya, la nuestra.

ÉL LLENÓ LOS CORAZONES DE SU UNIVERSIDAD

En la misma escalinata, por la que tantas veces bajó triunfante con sus compañeros de lucha, donde al decir de él se hizo revolucionario, los corazones de los jóvenes, guiados por la continuidad en la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, latieron junto a la Patria y a su pecho de gigante invicto.

Heidi Chapman, con la música de la Banda Nacional de Conciertos, Nelson Valdés, Raúl Torres, Eduardo Sosa, Tanmy López, Annie Garcés, el Coro Nacional y los repentistas Aramís Padilla y Héctor Gutiérrez cantaron para él este 24 de noviembre, y la Compañía Danza Contemporánea de Cuba le bailó, para que el arte se expresara como escudo de la nación.

«El pasado 15 de noviembre fue una de esas jornadas donde un Fidel multiplicado y firme, presente en millones de cubanos, bateó de jonrón los planes desestabilizadores diseñados por los enemigos de siempre. Nuevamente nos subestimaron como nación y, especialmente, subestimaron a los jóvenes», afirmó Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas.

«¿Recordarán que hace cinco años hicimos el juramento sagrado de ser Fidel? En su permanente ignorancia política y ciegos de ambiciones, chocan, una y otra vez, con millones, pero no de dólares, si no de cubanos que han hecho suyo el coraje del Comandante. Aquel sueño absurdo de una Cuba posCastro, ese sueño repetido que no se les da, se esfumó. Sí, se esfumó desde el primer minuto en que el guía revolucionario partía a la inmortalidad. Jamás hubo, ni habrá ruptura, ni olvido. Jamás hubo, ni habrá renuncia, ni traición», expresó en nombre de la juventud cubana.

Cuba no olvida, Cuba siente y vive. Es un pueblo entero que lo sabe aquí, determinado y consciente. Es Fidel entre nosotros y, como las obras dignas y honradas, se nos multiplica en la gratitud infinita de los que valoran profundamente los actos nobles.

Hace cinco años partió físicamente, pero no murió, porque no muere el que siembra luz y futuro bajo el manto de una obra tan humana como su Revolución, la cual nos dejó para hacerla más viva y vigorosa, porque en ella él germina cada día.

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La UCI: un sueño de Fidel hecho realidad
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¿Cómo se fraguó la Universidad de las Ciencias Informáticas? ¿Por qué el máximo líder de la Revolución Cubana fue su artífice? A 19 años del primer curso escolar evocamos el afán de nuestro Comandante en Jefe por crear un centro docente diferente
 
Cuando decimos que fue el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz quien fraguó la idea de la creación de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), no nos asiste ningún chovinismo. Los hechos hablan por sí solos. El primer curso se abrió el 23 de septiembre de 2002. Fidel la comenzó a soñar seis meses antes, o al menos es la fecha en que lo expresa públicamente, y después, con frecuencia hablaba de la UCI.
 
El 23 de marzo de 2002, en una reunión del Grupo de Trabajo de la Batalla de Ideas les dijo que iban a formar en el “Centro Ruso” programadores seleccionados, a los que “ (…) hay que darles otro tratamiento, otra educación”. Porque, dijo, tenemos que ampliar el mercado y no podemos depender de los Estados Unidos. Expresó: “A mí me parece que es la cosa más revolucionaria que hemos inventado, (…) y más revolucionadora (…).Es lo más importante, a mi juicio, lo más revolucionario dentro de todos los cambios”.
 
Allí explicó que nadie podría competir con nosotros en software, porque lo podríamos vender a la mitad de su costo y que haríamos una Intranet fuerte, idea que reitera con el mismo Grupo de Trabajo, el 2 de abril: “La Universidad a crear debe preparar programadores informáticos”. Orientó que se revisaran los aseguramientos y las perspectivas de ampliación.
 
El 7 de abril en una consulta de trabajo indicó que los estudiantes escogidos fueran de todo el país con cualidades políticas y revolucionarias, aparte del talento, porque será un personal demandado. Concluyó: “Esa va a ser una superescuela”.
 
El 7 de mayo se volvió a reunir con el Grupo de Trabajo de la Batalla de Ideas y siguió fraguando la idea, y el 28 de junio en una consulta, añadió a las condiciones de los escogidos que tuvieran voluntad. En otro encuentro dijo que la Universidad se inauguraría el día que quisiéramos. Hizo su primera visita a la Sede Central y realizó un despacho por la noche.
 
Explicó entonces: “Debe ser una universidad más nueva, más universal, más creativa”. “A mi juicio, esa escuela debe caracterizarse por la gran variedad de formas de enseñar, de preparar”. Añadió que había esperanzas de que se trabajara para el país. Hay que formar, indicó, personas diferentes y no enajenadas, abanderadas de una cultura general integral. “Hay que hacerlos conscientes de que pertenecen a una comunidad científica comprometida”.
 
Al día siguiente realizó otra consulta de trabajo y el 15 de agosto, en otra reunión con el Grupo de la Batalla de Ideas, apareció por primera vez la palabra excelencia: “Tenemos que hacer una universidad de excelencia”. “Debemos tener para esta Universidad una tropa élite de la juventud, para que trabaje allí (…)”.”Tenemos que planificar actividades deportivas, culturales, hacer fiestas sin bebidas alcohólicas, cine”.
 
Todo lo previó, y el 17 de agosto se le consultaron los nombres propuestos y aprobó: “Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI)”, expresando que era estratégica para la vida y la economía del país.
 
El 19 de agosto se efectuó en el Consejo de Estado un encuentro para hablar de la UCI, y reiteró: “(…) esta debe ser una escuela flexible y capaz de metamorfearse, de cambiarse, de perfeccionarse”. “Si estas ideas se toman en cuenta, entonces nos acercamos al tipo de universidad con que estamos soñando (…)”. Ese día habló de todas las cosas que quería, hasta de los mínimos detalles de matrícula y demás.
 
Vinieron otros encuentros y el 12 de diciembre, en la visita que hizo a la UCI con la periodista estadounidense Andrea Mitchell, habló de la tropa de futuro que eran los estudiantes del centro. Y el 10 de marzo, de 2003, en el primer claustro de profesores de la Universidad, les compartió: “La escuela va a tener un prestigio tal, que va a ser que los muchachos estudien más”. También nuestro máximo líder habló acerca de esta visión en el acto del primer fin de curso de la UCI, el 19 de julio de 2003.
 
Después siguió tocando el tema: el primero de agosto de 2003, en el acto de graduación de la Escuela de Enfermería; el 5 de diciembre de 2004, en la clausura del VII Congreso de la UJC; el 23 y 24 de diciembre de 2004, en la Asamblea Nacional del Poder Popular; en consultas de trabajo en octubre y noviembre de 2005; en el Acto Central por el Sexto Aniversario de la Batalla de Ideas y 35 de la FEEM, el 6 de diciembre de 2005; en el acto por el XV Aniversario del Palacio Central de Computación, el 7 de marzo de 2006.
 
La UCI ha seguido apasionando al Comandante en Jefe en consultas, discursos, celebraciones y reflexiones.
 
Así se creó  la Universidad de las Ciencias Informáticas, que comenzó bajo lluvia y fango, sin calles, sin aceras y el 23, cuando comenzaron las clases, los profesores escogidos, los dirigentes escogidos, los estudiantes escogidos, fueron a las aulas con capas y botas, casi en medio del huracán Isidoro.
 
Ya la Universidad de las Ciencias Informáticas exhibe  15 453 graduados, informatiza a la sociedad cubana y aporta a la economía del país (hasta el 2010 mediante los polos científicos, y a partir de esa fecha, en sus Centros de Desarrollo). El 6 de septiembre de 2021 comenzó su curso escolar número 19, de manera no presencial, debido a la situación epidemiológica provocada por la pandemia de la Covid19. Ha realizado 14 graduaciones y muchos se desempeñan en la formación y producción en la propia institución.
 
Podemos decir que se hizo realidad el deseo de Fidel, porque el 23 de septiembre de 2002, no quedó un cuadro político, ni un dirigente que no llegara a las aulas para festejar las primeras clases del Proyecto Futuro.

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Fidel Castro Ruz, esa fuerza telúrica
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Grados de Comandante

El gran huracán que azotó a La Habana el 20 de octubre de1926, un suceso muy usual – aunque este según cuentan, de grandes proporciones - en el Caribe, engrosaría la cronología meteorológica de la isla y quedaría guardado en la memoria colectiva de los contemporáneos al fenómeno climatológico, como algo muy trascendente, llegaría a las sucesivas generaciones de cubanos, por la rica tradición oral de la isla, no obstante como algo anecdótico y pintoresco, pero finalmente, fugaz y perecedero en la memoria de la línea del tiempo personal de estas; ello jamás sucede así, con los hechos históricos de la patria que alimentan la identidad de los pueblos y con los hombres que cambian el curso de la historia de estos.

En tal sentido las generaciones contemporáneas de cubanos, los millones de agradecidos a la Revolución triunfante de enero de 1959, los que nacimos con la Revolución y en Revolución, atesoramos el 13 de agosto de 1926, como imperecedero, para nada trivial y anodino. 

En la antigua provincia cubana de Oriente, en el poblado de Birán, un oscuro rincón de la parte norte de la actual provincia de Holguín, en el enclave en que operaba una de las más leoninas y oprobiosas compañías norteamericanas, la United Fruit Company, nacería en esa fecha, Fidel Alejandro Castro Ruz. Su padre, Ángel Castro Argiz, hijo de campesinos pobres de Galicia, era terrateniente y colono cañero. Su madre, Lina Ruz González, provenía de una familia campesina de la provincia de Pinar del Río.

Aprendimos que ese día vio la luz, quien llegaría a ser un ilustre varón de los humildes, un huracán de acciones e ideas progresistas, que barrerían el entramado social ignominioso, levantado en la República Neocolonial nacida en 1902. El niño Fidel, muy pronto aprendería de las injusticias y penurias de los desposeídos de esa comarca, de los desclasados y de los olvidados de la tierra, de los que no tenían ni escuelas, ni la cura de sus cuerpos estaba a su alcance.

El joven aprendió de las lecciones de historia de su pueblo, de los heroicos y sacrificados de la manigua, que por más de treinta años combatieron a la metrópoli española y del dolor y frustración  de su pueblo, al ver izar la bandera del imperio del norte, cuando se le arrebató maquiavélicamente la victoria y se instaló en el país un protectorado que bajo la fuerza de las armas, le robó la soberanía e independencia.

El universitario Fidel descendió de la colina, bebiendo de las ideas más avanzadas de la época de los veinte, del abanderado de los estudiantes y del comunista asesinado por el asno con garra, del poeta revolucionario que encausó las luchas obreras y que abrazado a los ideales del comunismo científico, hizo estallar la tiranía oprobiosa de Gerardo Machado. 

Siguiendo los pasos del antiimperialista heroico Antonio Guiteras Holmes y las ideas del apóstol, José Martí, inició finalmente la verdadera revolución social en Cuba, que llevaría con la fuerza telúrica de los titanes como un ciclón multiplicado a barrer las secuelas de la ignominia de una sociedad carcomida y vetusta.

Fidel nos enseñó que una Revolución verdadera en Cuba debía, empezar por alfabetizar a las analfabetos, dar la tierra al campesino, abrir las escuelas para que todos accedieran a una enseñanza gratuita y de calidad, que todos accedieran a la plena cultura, a un trabajo y una vivienda digna, pero lo más importante y siguiendo los preceptos martianos que sólo una Revolución podría darle la mayor cuota de dignidad posible a cada uno de los cubanos, porque la revolución debía ser “Con todos y para el bien de todos”, que la isla debía alcanzar la plena soberanía e independencia y ello quedó plasmado tempranamente en el programa del Moncada.

Fidel Castro es el principal artífice del socialismo democrático cubano, inspirador de la más grande de las utopías realizables, una sociedad de verdadera justicia y equidad, despojada de racismo y cualquier tipo de desigualdad, abierta a todo tipo de posibilidad para todos sus hijos y comprometida con todas las causas justas de este mundo.

El estratega y líder de dimensión universal que sin embargo fue contrario a la idolatría y el culto a la personalidad, está presente en nuestros combates diarios frente al enemigo histórico, en esta hora decisiva en que Cuba sigue siendo la Numancia del Caribe y Latinoamérica. Nuestra resistencia Numantina frente a las más enconadas administraciones de los Estados Unidos es proverbial de nuestra historia.

En esta hora de enconada guerra económica, comercial, financiera y más que nunca de ideas y de principios, de símbolos culturales que nos imponen desde la doctrina neoliberal, llamándonos a la desmemoria de lo vivido y batallado, en estos 62 años de creación heroica, el 13 de agosto de 1923, se yergue en el retablo de la simbología patriótica, y revolucionaria, para perpetuar la revolución, con la absoluta certeza de lo que en Santiago de Cuba, el día 10 de octubre de 1991, afirmara, Fidel: “La única que puede resolver los problemas de este país, definitivamente, a mediano o a largo plazo, es la Revolución, y eso no tiene alternativa; somos nosotros y eso no tiene alternativa, y somos nosotros con nuestro trabajo, con nuestra lucha, con nuestro esfuerzo, combatiendo todo lo que haya que combatir… El imperialismo tratará de dividirnos para buscar cualquier pretexto con qué justificar sus acciones intervencionistas en nuestro país, y esa estrecha y sólida unidad les impedirá a ellos siempre el pretexto para eso…”

La Universidad de las Ciencias Informáticas, creada en el 2002 como resultado de la obra humanista de la Revolución e inspiración de su máximo líder, conmemorará la gloriosa fecha, entregada a la tarea que a esta hora, es prioridad impostergable, el combate a la pandemia de la Covid-19, como centro hospitalario, desde donde su claustro de profesores, trabajadores y estudiantes aporta todo su esfuerzo, aun sin descuidar el perfeccionamiento de la obra formativa, investigadora y productiva, desde el compromiso asumido con el líder histórico de la Revolución de formar profesionales comprometidos con su patria y altamente calificados en la rama de la Informática, producir aplicaciones y servicios informáticos con la visión de alcanzar el liderazgo nacional científico técnico en informática, y latinoamericano, en productos de software, vinculada estrechamente con los OACE de Cuba generando positivos impactos económicos y sociales
 

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El 26 de Julio de 1953, luchar para crear una nueva vida
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Cuartel Moncada

Hay fechas históricas que contienen los gérmenes de los cambios de los pueblos, ellas  abren nuevas etapas. El asalto a los cuarteles "Moncada", de Santiago de Cuba, y "Céspedes", de Bayamo, bordeó una nueva época para Cuba y la América Latina. Ese día nacería una nueva generación a las luchas políticas del país, ello sería necesario para realizar un cambio profundo, una revolución social.

Fidel Castro cuando expresó en su alegato de autodefensa que José Martí era el autor intelectual de lo acontecido en los predios de la segunda fortaleza de la tiranía, estaba sintetizando en una frase, lo más avanzado del pensamiento revolucionario cubano del  y con el Apóstol, estaba la vida y obra del joven revolucionario y comunista Julio Antonio Mella y el también comunista Rubén Martínez Villena y con ellos, un programa capaz de unir en la acción a todo el pueblo, de aquella necesaria "carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones", como pidió en sus versos el poeta. 

Aquel día, cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura al Manifiesto del Moncada, redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. Gómez García leyó sus versos “Ya estamos en combate” y Fidel les dirigió a todos esta brevísima exhortación:

“Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante”.

Al cumplirse 30 años, en acto en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1983 el Comandante dijo:

“En una sola cosa somos iguales al 26 de julio de 1953: la misma fe en los destinos de la patria, la misma confianza en las virtudes de nuestro pueblo, la misma seguridad en la victoria, la misma capacidad de soñar con todo aquello que serán realidades de mañana por encima de los sueños ya realizados de ayer”.

Hoy las nuevas generaciones deben conocer ¿Quiénes eran aquellos jóvenes? ¿Cuáles eran sus atributos?

Eran jóvenes trabajadores y estudiantes, lúcidos continuadores de la ética martiana, defensores del civismo y fervorosos patriotas, llevaban en sus pechos el amor por la justicia como brújula de sus credos y acciones, la defensa de la soberanía y la inclaudicable defensa de la identidad nacional y el total rechazo a la corrupción y la claudicación y sometimiento al imperio del norte.

Al celebrar el 68 aniversario de la gesta heroica del Moncada, cobra total vigencia las palabras del Comandante en la inauguración del IV Congreso del partido Comunista de Cuba, efectuada en el teatro "Heredia", Santiago de Cuba, el día 10 de octubre de 1991:

"La única que puede resolver los problemas de este país, definitivamente, a mediano o a largo plazo, es la Revolución, y eso no tiene alternativa; somos nosotros y eso no tiene alternativa, y somos nosotros con nuestro trabajo, con nuestra lucha, con nuestro esfuerzo, combatiendo todo lo que haya que combatir".

"Sabemos que hay muchas cosas que combatir, están aquí en las resoluciones que se van a debatir, por eso no tengo que mencionarlas, muchas relacionadas con la disciplina social, el cumplimiento del deber, la delincuencia, todo ese tipo de cosas. Solo nosotros podemos hallarles solución a los problemas, encontrarles solución a los problemas, … solo nosotros podemos y tenemos que ser capaces de resolverlos, manteniendo la unidad de nuestro pueblo, el orden y el espíritu de lucha. Cualquier otro camino, como la claudicación o la rendición, además de indigno, implicaría sacrificios materiales mil veces superiores. He hablado de cosas económicas; pero no he mencionado, además, que estamos aquí por nuestro valor, por nuestra decisión de luchar hasta la muerte, por la decisión de cobrarle un precio impagable a cualquier agresor".

"El imperialismo tratará de dividirnos para buscar cualquier pretexto con qué justificar sus acciones intervencionistas en nuestro país, y esa estrecha y sólida unidad les impedirá a ellos siempre el pretexto para eso. Pero en cualquier circunstancia estaremos siempre preparados para la guerra de todo el pueblo y para defender hasta el último rincón de nuestro país mientras haya un revolucionario y haya un arma con qué defenderla. Porque como decía a los estudiantes en aquella ocasión, cada hombre, cada revolucionario debe decir: Yo soy el ejército, yo soy la patria, yo soy la Revolución".

De la vigencia del ideario revolucionario, y su efecto en el pueblo, rememoró en el aniversario 50 de los asaltos:
“El Programa del Moncada se cumplió y sobrecumplió. Hace rato que vamos en pro de sueños mucho más elevados e inimaginables. Hoy se libran grandes batallas en el campo de las ideas y nos enfrentamos a problemas asociados a la situación mundial, quizás la más crítica que haya vivido la humanidad.”

“Deseo asegurarles algo parecido a lo que dije ante el tribunal espurio que me juzgó y condenó por la lucha que iniciamos hace hoy cinco décadas, pero esta vez no seré yo quien lo diga; lo afirma y augura un pueblo que llevó a cabo una Revolución profunda, trascendente e histórica, y supo defenderla: ¡Condenadme, no importa! ¡Los pueblos dirán la última palabra!”
 

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El sueño de Fidel sigue su destino
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Este 12 de diciembre se cumplen 18 años de la visita que realizó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).

En su visita el líder de la Revolución Cubana intercambió con estudiantes, profesores y trabajadores y presentó la institución a la periodista norteamericana Andrea Mitchell. El Comandante habló de la Tropa de Futuro que integraron los estudiantes del centro.

La experiencia para la corresponsal extranjera resultó maravillosa, según confesara, pues Fidel estaba inspirado con la misión confiada a esta casa de altos estudios.

No hay dudas de que la Universidad estratégica para el desarrollo del país, como la concibió Fidel, ancló su corazón a la Informática.

Han transcurrido 18 años de esa evidencia. Desde entonces este centro de educación superior no ha cejado en su encargo social.

La encomienda que provenía de Fidel a nuestros muchachos la han seguido al pie de la letra. Informatizan la sociedad cubana, aportan a la economía nacional, se educan como profesionales calificados y apoyan incondicionalmente a la Revolución.

Más de 15 040 jóvenes ha formado nuestra casa de altos estudios durante trece graduaciones. El hecho remarca el aporte de esta nueva Tropa de Futuro a las tecnologías de la información y las comunicaciones en el país.

Sobre todo, confirma el acierto de Fidel para con esta Universidad y sus frutos. En la actualidad el centro brinda oportunidad de superación y garantía de empleo para todos sus egresados.

Y es que el espíritu de la UCI, que labró Fidel, no descansa. Recorre cada rincón de este país. Transforma. Curte la comunidad científica en pos de la excelencia, apasiona por el deporte y la cultura e insta a crecer personal e integralmente.

Esa es la Universidad de las Ciencias Informáticas. La institución académica que se yergue continuadora del legado del Comandante en Jefe, arquitecta del hombre nuevo que habló el Che e incondicional seguidora de la Revolución. Floreciendo así, el sueño de Fidel sigue su destino.

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En la imagen de 2002, el Comandante Fidel, la periodista estadounidense Andrea Mitchell y el rector fundador de la UCI, Melchor Morell.
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Catorce años materializando el sueño de Fidel
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Este 12 de diciembre se cumplen 18 años de la visita que realizó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la UCI

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Eternamente Fidel
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El tributo político-cultural, protagonizado por nuestra comunidad universitaria, fue escenario además para resaltar los valores humanos del Comandante en Jefe.

Un acto cargado de simbolismo protagonizó la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) en homenaje a Fidel, donde se reafirmó el compromiso permanente de nuestra casa de altos estudios con el líder histórico de la Revolución.

El tributo político-cultural, protagonizado por nuestra comunidad universitaria, fue escenario además para resaltar los valores humanos del Comandante en Jefe y su interés constante por el desarrollo de este centro de educación superior.

Escenas ilustradas de su vida y momentos imprescindibles de la Revolución se proyectaron en un material audiovisual que reflejó la grandeza de nuestro líder en toda su dimensión.

Al referirse a Fidel, Lester González López agradeció al creador de nuestra institución por haber ideado este centro que ha tributado a la informatización de la sociedad.

En su intervención resaltó que cuando se piensa en la UCI es inevitable evocar al hombre que concretó muchos anhelos; y con su confianza inquebrantable en la victoria nos guiará siempre por la senda de la victoria.

A este tributo, presidido por el rector Dr.C. Walter Baluja García, se sumó una representación del proyecto Vocal Clave de Sol, que honró al artífice del gran hecho cultural que es la Revolución Cubana.

Canciones legendarias que han acompañado al proceso revolucioanrio vibraron en las voces de jóvenes intérpretes del proyecto musical radicado en el municipio de La Lisa.

Homenaje de presencia y compromiso permanente de los integrantes de la casa de altos estudios con el líder de nuestro proyecto socialista, porque Fidel es el guía, es el faro que ilumina y marca nuestro destino.

La Universidad de las Ciencias Informáticas lleva siempre en el corazón las huellas de amor que dejó para la posteridad el Comandante en Jefe. Pero en esta fecha en la que se rememora su legado, el agradecimiento y amor infinito hacia su figura se multiplican.

 

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Canciones legendarias que han acompañado al proceso revolucionario vibraron en las voces de jóvenes intérpretes del proyecto Vocal Clave de Sol.