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Entre las alternativas dispuestas por el gobierno cubano para solucionar los problemas de viviendas ocasionados por el tornado que afectó a varios municipios capitalinos el pasado 27 de enero, se encuentra convertir un hogar de ancianos en desuso en unas cuarenta residencias para igual cantidad de núcleos familiares.

Con el propósito de terminar en tiempo récord, en la cuadra ubicada en la Calzada de Diez de Octubre, entre Santos Suárez y Enamorados, en el municipio de Diez de Octubre, laboran miembros de varios contingentes del Ministerio de la Construcción y cooperativas, quienes han contado con la ayuda de educandos de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) que, organizados por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en la institución, cada día mantienen brigadas apoyando en lo que sea necesario.

Este miércoles, el periódico Mella comprobó el quehacer de los jóvenes universitarios. Integrantes de las facultades 2 y 3 de la UCI, parecían más hormigas laboriosas que estudiantes, conscientes de que cada día que pasen albergados los que perdieron sus casas, es una jornada de pesar por no poder dormir en un hogar propio.

Amanda Manent Rabilero, dirigente de la FEU en la Facultad 3, agradeció el apoyo que les ha dado esta casa de estudios superiores en el empeño de ser solidarios y colaborar con el pueblo, así como a su organización nacional, que también apoya a otras universidades de la capital que ayudan a los damnificados por el tornado.

Ella, como los que la secundaban paleando y cerniendo arena, tienen la esperanza de que su contribución sea valiosa, porque “estamos dando todo de corazón, con la mayor sinceridad posible y con la mayor voluntad que podemos hacerlo”.

El Jefe de Seguridad y Protección de las casas que se construyen en lo que fue anteriormente un hogar de ancianos, Danilo Luis García González, no nos permitió la salida sin antes patentizar la preocupación de la UCI por colaborar, y su emoción al ver la aptitud de los jóvenes que “vienen todos los días, sin pedir transporte, ni comida; todo lo traen, y han dado un sí a la tarea, llegan a tiempo, vienen a laborar y dan el ejemplo, hacen con entusiasmo lo que se les pida. Son educados, disciplinados. No hay quejas de ellos.”