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En un discurso pronunciado en la Universidad Internacional de Florida, este lunes 18 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que busca acabar con el socialismo en el mundo, especialmente en Venezuela, Cuba y Nicaragua. Definió ese sistema social como una ideología “basada en la ignorancia”.

Antes de asombrarme, busqué en el diccionario, para corroborar que socialismo es un “sistema de organización social y económica que se basa en el control por el estado de parte de las actividades económicas para conseguir un reparto equitativo de la riqueza y que prevalezcan los intereses colectivos a los individuales. Busca asegurar una justa distribución”.

No me quedé conforme. Pienso que mi socialismo cubano además enseña valores humanitarios que, sin ser chovinistas, es difícil de encontrar en otros países, a pesar de las penurias que padecemos al ser asediados por un genocida bloqueo, hace exactamente 57 años este mes. Fui a comprobar cómo actúan las generaciones nacidas en un sistema socialista, pensando en el más reciente desastre natural que afectó a varios municipios de La Habana el pasado 27 de enero: el tornado que provocó infinidad de daños.

La prensa nacional nos ha mantenido al tanto del esfuerzo del gobierno, las instituciones del Estado y de todo el pueblo de Cuba para restaurar las averías en el menor tiempo posible, contando además con la ayuda solidaria de naciones hermanas como Venezuela y Bolivia.

Haciendo valer el refrán de que vista hace fe, fuimos este 20 de febrero al Hospital Universitario Ginocobstétrico de Diez de Octubre, más conocido como Hijas de Galicia, que sufrió perjuicios en todas sus áreas, tras el paso del tornado.

In situ buscamos a los integrantes del proyecto extensionista de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), que sabíamos habían ido a brindar su ayuda solidaria en lo que fuera necesario. Los encontramos realizando labores de limpieza e higienización en la Sala 6 de Ginecología, y entrevistamos a los líderes de la tarea.

Olga Lidia Quesada Reyes, sicopedagoga del Departamento de Bienestar Universitario.

“Estuvimos aquí el tercer día después del tornado y todo estaba en estado crítico, destruido, derrumbado, sin electricidad ni teléfono; entonces apoyamos sacando escombros. Hoy, cuando llegamos a poner otro granito de arena en la recuperación, nos maravilló que ya está todo arreglado, las ventanas puestas, pintado y casi listo para su reapertura”.

Mirta Beltrandez Sardiñas, profesora de la Dirección de Extensión Universitaria. Departamento de Actividades extracurriculares.

“Visitas de Alegría siempre ha apoyado en otras tareas a comunidades habaneras, dispuestos a brindar nuestro aporte a quienes lo necesiten, aunque el proyecto tiene otros objetivos. Nos sensibilizamos con la situación del hospital y nos pusimos de acuerdo con su dirección y movilizamos a nuestra tropa -estudiantes y trabajadores de la UCI– y estamos aquí haciendo todo lo que haga falta.

“Nos motiva, además de contribuir a que el hospital comience a dar nuevamente servicios a la población, la votación que se nos avecina por la nueva Constitución, que representa lo que es realmente nuestra Revolución Socialista. Esta ayuda al hospital, entre muchos cubanos, es la realidad que tenemos, que nos movilizamos cuando se nos necesita y la Patria convoca”.

“Considero que estos son momentos en los que se demuestra de verdad lo que el sistema socialista cubano puede hacer. Hemos podido compartir no solamente aquí en Hijas de Galicia, sino también en otros lugares afectados por el tornado, porque la UCI ha estado apoyando en varias zonas del municipio de Diez de Octubre. Constatamos el apoyo de las autoridades a los damnificados desde el primer momento y el agradecimiento del pueblo.

“Pienso que eso dice mucho de la labor realizada y quisiera sobre todo destacar el papel de la juventud, de los universitarios de la capital, que han apoyado incondicionalmente. La UCI sabemos que desde el primer momento organizó diferentes maneras de ayudar: solidaridad con el dolor, confección de valijas, recogida de escombros, trabajo a pie de obra en la construcción de viviendas. Todos los días, hasta los fines de semana, sin descanso.

“Periodista, eso demuestra que los jóvenes respaldamos y somos continuadores de la magnífica obra que es esta Revolución, que no abandona a nadie por muy difícil que sea la situación, como es el caso del paso del fuerte tornado, cuando muchas personas perdieron muchos recursos que con tanto trabajo consiguieron. Esto es algo que solamente lo puede hacer un sistema socialista y un gobierno y una Revolución como la cubana”.

Convencida de que el socialismo no es “una ideología basada en la ignorancia” y que defiende valores humanitarios, quité las palabras de Trump de mi cabeza.