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Tomás López Jiménez es parte de la ciencia en la UCI

Rislaidy Pérez Ramos |
07 de Mayo de 2012 / 2:09 pm

Mayo es el mes de la ciencia estudiantil en la UCI. Tradicionalmente se efectúa la Jornada Científica Estudiantil por facultades y a nivel de Universidad. En la base, estos eventos ya comenzaron y a nivel central tendrá lugar del 21 al 25 de mayo. La actual edición estará dedicada a Tomás López Jiménez, un entrañable educador que ya no está físicamente entre nosotros.

A él siempre quise entrevistarlo y hasta llegué a escribir un borrador del cuestionario que le haría. Rodeado siempre de papeles, en su oficina, o camino a una reunión, o en el aula, era de esos hombres que hacían del magisterio una práctica cotidiana. A su juventud acumulada y a su incesante interés por el estudio le debíamos, seguramente, que siempre conocía el porqué de las cosas y estaba dispuesto a compartirlo.

A este protagonista debemos, en parte, la proeza científica y tecnológica de desarrollar y construir la primera minicomputadora cubana de tercera generación.

En el año 1969, a instancias del Comandante en Jefe, se integró un pequeño grupo de graduados y estudiantes universitarios que diseñaría y construiría la primera minicomputadora cubana. Este grupo fue el germen del Centro de Investigaciones Digitales (CID) adscrito a Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE).

En 1970 en el CID -actual ICID (Instituto Central de Investigaciones Digitales)- se realizó una proeza científica y tecnológica sin precedentes en América Latina: culminó el desarrollo y construcción de la primera minicomputadora cubana –de Tercera Generación-.

Entre aquellos jóvenes escogidos estuvo Tomás López Jiménez, quien fuera profesor de la UCI e investigador titular. Hace algunos años un diario cubano publicó una carta enviada por Tomás al compañero Fidel en la que rememoraba la palabras del Comandante en una de las visitas al ICID: “Compañeros –dijo-, he venido aquí después de ver aquella computadora trabajando, en un lugar adonde casi no se puede entrar (la Junta Central de Planificación), donde el pueblo no tiene acceso, para solicitarles que hagan muchas computadoras para que el pueblo, los estudiantes puedan tener acceso a ellas, estudiarlas, aprender la computación. Somos un país sin recursos naturales, pero tenemos un recurso muy importante, la inteligencia del cubano, que tenemos que desarrollar. La computación logra eso y estoy convencido de que cada cubano podrá contar en el futuro con máquinas como estas”. 

Pertenecía a la Sociedad de Computación del IEEE  y como parte  de ella Tomás animaba a sus estudiantes a participar en el concurso internacional de estudiantes de esta organización. Tenía un interés apasionado por la historia de la computación  y el diseño de ordenadores. Por su paso por la vida intercambió con muchas personalidades. Es autor del libro Cuban Experiences on Computing and Education,  junto a Melchor Félix Gil Morell y Adriana Estrada Negrín.

En el borrador de mi entrevista para Tomás la última pregunta era sobre cómo veía el futuro de la computación en Cuba. Esa respuesta hoy no debemos buscarla en el futuro, sino en el presente de la UCI y el gran reto que tiene por delante.

Por eso, cuando celebramos el décimo aniversario de la creación de esta revolucionaria universidad es justo dedicar la Jornada Científica Estudiantil a Tomás López Jiménez: el profesor, el amigo, el educador que siempre nos enseñó a ver más allá de las cosas.