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Fidel siempre ha estado respaldado por el pueblo. Foto: Tomada de Internet

Fortuna que disfrutamos

Nancy Pérez Medina |
05 de Agosto de 2016 / 10:35 am

Fidel siempre ha estado respaldado por el pueblo. Foto: Tomada de Internet

Cuando la Revolución Cubana que él encabezó, triunfó, yo tenía un año de nacida, por lo que he vivido en una Patria libre e independiente, con la dignidad que agresiones, escaseces y ataques ideológicos no han podido quitarme porque Fidel, junto a su pueblo, la ha defendido con inteligencia, valentía y tenacidad. Ese ha sido el mayor tesoro en la vida de los cubanos.

Yo, pobre, tuve la satisfacción de ser solidaria desde los seis años, cuando ofrecí mi overol favorito para los pequeños de la región oriental de Cuba, que se quedaron sin nada después del paso del devastador ciclón Flora. Disfruté la oportunidad de estudiar y de sentarme, sin prejuicio alguno, al lado de un niño negro, que tampoco objetó su lugar, porque nos sentimos iguales.

Seguí el ejemplo de mi ídolo político, y sus consejos de unidad y lucha. Por eso, como tantos otros, estudié, fui dirigente, cumplí cada tarea asignada y soporté el dolor de la muerte de mi hermano en Angola con solo 27 años de edad; él entregó su vida con la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de saldar la deuda con nuestros hermanos africanos.

Mi abuela pudo disfrutar muchos años de sus nietos, pues tuvo el derecho, siendo pobre, de operarse del corazón, que ya estaba agotado. Y hay más, mucho más, fundamental también para afirmar que Fidel ha sido mi gran tesoro y el de todos en esta Isla, hasta de los que no lo reconocen, porque nos dio un lugar a los cubanos en la historia de la humanidad.

Mi propia vida, como la de todos los que han sido sus coetáneos, ha estado marcada por cada uno de sus actos y pensamientos, riqueza intelectual que hemos tenido la oportunidad de disfrutar. Sigue siendo la mejor guía para mí y para cada cubano cuya existencia mejoró radicalmente desde el primero de enero de 1959.

Para el resto del mundo, Fidel es un ejemplo de revolucionario a seguir, de humanista, de talismán contra los desmanes que se viven en un planeta donde la riqueza de los poseídos marca la explotación de los desposeídos; esos que no reniegan de las posiciones de izquierda del líder mundial que es nuestro querido Comandante en Jefe.

En sus nueve décadas de nacido, Fidel mantiene incólumes sus principios, tan firmes como el primer día. Por eso me siento tan orgullosa de trabajar en la Universidad de las Ciencias Informáticas, uno de sus sueños hecho realidad.